viernes, 17 de diciembre de 2021

Lección 30, Noveno Grado, Tercera Orden

 "El Coito Sagrado de dos Almas Despiertas"


-Llamada al Divino Eón Estelar-


En el principio de todo, cuando en el Cosmos solo existía una diminuta burbuja de Vacío en el Eón Sophía y el Tiempo aún no daba comienzo, un Ser Cósmico, el Demiurgo, originado por Sophía,  se sacrificó introduciéndose en ella y quedando despedazado en una infinidad de partículas que propiciaron la aparición del Tiempo y la progresiva expansión del Espacio, hasta hoy.


Cada una de esas cuasi infinitas partículas es una media Alma que navega sin rumbo fijo y al azar, no recordando el origen de lo sucedido y haciéndose preguntas de quienes son y del por qué de su oscura existencia, sin entender que todas las partículas desgajada, todas las almas no son otra cosa que partes de una sola cosa, de un Ser Divino inconmensurable y que fue tanto el origen del nacimiento del Universo conocido como de todos los seres que lo habitamos.


Transcurridos cientos de miles de millones de años, algunas almas, con el Poder del Espíritu, adquirieron cuerpos para poder manifestarse en el nuevo Mundo y adquirieron consciencia de su existencia; pero aún seguían sin recordar sus preguntas.


Tras mucho preguntarse y estudiando a sus congéneres y entorno, unos pocos, muy pocos, los gnósticos, comprendieron que tanto ellos como el resto del Universo habían sido originados por un terrible cataclismo, la disección de un único Ser que ya no existía como Unidad; pero que se manifestaba, individualmente, en la totalidad de lo existente y a lo que la mayoría de sus iguales habían venido a llamar, erróneamente, como Creación. He ahí el Gran Misterio.


Pero aún conociendo la verdad de quienes eran y de dónde procedían, quedaba contestar la "Gran Pregunta", ¿Qué hacer para conseguir la restauración y regresar al Punto de Origen, tras deshacer el Cataclismo de la Supuesta Creación?; ¿Pero qué hacer y cómo conseguirlo, si fuera posible, era otro gran misterio irresoluble?


Los gnósticos llegaron a la conclusión, esto lo saben muchos, de que cada Ser Humano es el reflejo en la Tierra de una Estrella. Una Estrella que tan solo es una minúscula parte del Ser Cósmico desintegrado. Mientras más estudiaban se dieron cuenta que vivíamos en un Mundo donde todo es dual, bipolar, nada es monádico, único, solitario y fue entonces cuando entendieron el por qué, a pesar de su Consciencia e Inteligencia, les era imposible recordar: todo lo existente en el Universo creado por la gran explosión, dado que no solo se había dividido en partículas sino que también las propias partículas se habían dividido en dos, siendo unas positivas y otras negativas, creyéndose todas ellas ser, de forma errónea, individuos únicos e independientesbentre sí.


Los gnósticos enseguida comprendieron que la respuesta se encontraba en las estrellas y que, ellos, cada uno de ellos, eran la mitad de otra cosa mucho más importante, una verdadera Alma, la mínima porción holográfica del Espíritu Cósmico que, cual Osiris, había sido desmembrado.


A partir de entonces, luchando contra los avatares del Tiempo, los arcontes, unos pocos gnósticos iniciaron un viaje sin retorno, por generaciones y a través de la rueda de las existencias, para buscar y encontrar a sus almas gemelas y sin las cuales ellos entendían, de forma correcta, no ser almas completas.


Por un lado sabían que arriba, en lo más alto del firmamento había una Estrella que era su Eón, su entrada a su Hogar Celeste; pero por otra, también se dieron cuenta de que era el Hogar de alguien más, de su Compañero Gemelo. Un Espíritu, una porción del Espíritu Universal que estaba constituido de dos almas que en realidad sólo eran una sola. Almas que se encontraban separadas y errantes por todo el firmamento.


Los muy pocos gnósticos que comenzaron a recordar estas verdades buscaron en cada rincón del espacio tiempo, en el inmenso Universo, a sus almas gemelas para unirse a ellas como una Sola Alma y elevar su majestuoso canto de auxilio a su Estrella en el firmamento. Ellas, las almas gemelas, en el transcurso de los eones de tiempo habían logrado construir unos cuerpos, para poder manifestar su consciencia; pero eran unos cuerpos muy rudimentarios, frágiles y delicados.


Cuando unas pocas, muy pocas almas gemelas, se fueron encontrando, comenzaron a recordar, con todo detalle, lo que había sucedido, quienes eran y, también, cómo podrían solucionar el error y retornar al origen. El problema es que ellos solos, por sí mismos, no podían retornar a su Hogar celeste sin la compañía del resto de partículas que conforman el Universo, sus otros hermanos y hermanas. Tenían que regresar, como el único Ser que era, juntos y sin dejar a nada ni a nadie atrás.


La única solución que encontraron fue que las almas gemelas se encontraran y despertando a la única Verdad emitir un canto de auxilio a su Estrella para que el Durmiente Espíritu despertara y comprendiera lo que estaba sucediendo. Entonces él, el Luminoso Eón, uno por uno, ya completado en su unidad,  iría despertando a todos y cada uno de los eones estelares y éstos, al mismo tiempo, uniendo a sus almas gemelas cercenadas y exparcidas por los confines del Universo. Y en ese proceso, en la actualidad, se encuentra la Humanidad y muchos otros seres conscientes que se encuentran divididos en dos mitades y habitando el Universo.


Cuando dos mitades de una misma Alma se encuentran, Almas Gemelas, no necesitan de palabras para comunicarse y entenderse entre sí. Ellas saben lo que deben de hacer y lo hacen. Unirse en divina cópula, entrar en una profunda meditación y sintonizar sus dos serpientes espinales para transmitir un mensaje al Cosmos en una frecuencia inaudible y dirigido a su Estrella Madre, un Mensaje que se los llevará a ellos también.


Si has encontrado a tu Alma Gemela y ambos sois plenamente conscientes de serlo, buscaréis una noche de primavera o verano y viajaréis a un lugar solitario, al campo, en lo alto de un cerro o una montaña donde pudiera verse el cielo despejado y cargado de abundantes estrellas, solo iluminados vuestros cuerpos por la luna llena.


Os desnudaréis de cualquier tipo de joya o vestiduras, como Dios os trajo al Mundo y os sentaréis, de rodillas, el uno frente al otro y entraréis en profunda meditación. El uno pensará que es ella y la otra pensará que es él.


Durante un tiempo indeterminado ambos sentirán, sin tocarse, que físicamente son una Unidad existencial, observando como sus luminosas serpientes espinales salen de sus cuerpos y en un espectáculo de sonido, luz y color, las serpientes se entrelazan entre sí como intentando transformarse en una sola.


En ese estado de éxtasis el varón abandona su postura arrodillada y se sienta extendiendo sus piernas mostrando su pene perfectamente erecto. Entonces su Dama hace lo propio levantándose y se dirige a sentarse justo encima de su amado, siendo firmemente penetrada su vagina en el proceso, por el miembro erecto.


Los amantes, en esa posición se abrazan fuertemente como si quisieran que ambos cuerpos se fundieran en uno solo. Ahora las serpientes luminosas los envuelven a ambos en una suerte de cósmico ballet.


La excitación sexual se va acercando a su clímax, llevando a la pareja de almas gemelas a un éxtasis no conocido por los humanos. En un momento, las serpientes invertidas se repliegan, la de ella en él y la de él en ella. Así las cosas, las serpientes luminosas se encogen hasta formar una bola luminosa, de candente fuego rojo, a la altura del coxis de ambos amantes. Cuando toman ese color rojo incandescente, habiendo recogido la información génica de ambos, ambas serpientes vuelven a elevarse, tras una intensa eyaculación del varón, por las respectivas médulas espinales tomando su común forma serpentina. 


Ambos amantes en éste punto tienen la consciencia de ser un solo Ser. La luz serpentina, según avanza por las vértebras de ambos, se va haciendo más celeste y luminosa y cuando llegan a las coronilla de ambos se funden en una sola luz que, cual centella, es lanzada hacia el espacio sideral llevandose consigo las dos medias almas con el mensaje para su Estrella de despertar.


Abajo quedan dos cuerpos íntimamente abrazados pero vacíos y carentes de toda vida, dispuestos a ser reciclados por la madre naturaleza; pero una luz centelleante las consume y desaparecen como si jamás hubieran existido en éste Plano.


El Despertar de las Almas, en nuestro Universo, ha comenzado.


No lo dudes, ponte en movimiento y ve al encuentro de tu Alma Gemela que te está esperando para entre ambos, dirigiros a vuestra estrella, con la misión de ocuparla y despertarla.


He aquí el gran Secreto de la Gnósis y que solo hasta ahora ha sido posible contar. El tiempo se acaba, daos prisa.


Dios sea con vosotros.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C