martes, 14 de diciembre de 2021

Lección 27, Noveno Grado, Tercera Orden

"El Miedo, la verdadera epidemia de nuestro Tiempo"


-Ignorancia=>Miedo=>Fanatismo-


Parece mentira, verdad, que en pleno Siglo XXI, en el que el acceso a la Información está generalizada, tengamos que hablar de Ignorancia; pero esto es así, porque no hablamos de una ignorancia natural sino premeditadamente inducida mediante un adoctrinamiento interesado.


Todas las épocas humanas han estado definidas por un tipo de ignorancia particular. Eso que denominamos como Ignorancia no es otra cosa que un bloqueo de los recuerdos de nuestro Espíritu Eterno e Inmortal. Ese recordar puede ser inducido, que es lo que tratamos de hacer los generadores de información como nosotros, o puede ser bloqueado proporcionando información falsa que es lo que sucede con todo tipo de adoctrinamientos religiosos, políticos e ideológicos.


La cuestión está en que la Ignorancia es la fuente del Miedo y el Miedo es el más eficaz modo de controlar a los individuos. Ese control, como se suele decir, se realiza metiendo el miedo en el cuerpo confundiendo nuestra mente con falsos recuerdos, Dogmas y Doctrinas, interfiriendo así con que pudieran aflorar nuestros recuerdos verdaderos; es decir, los referentes a nuestra verdadera naturaleza divina e inmortal.


La Vida, según esos recuerdos verdaderos, se nos mostraría como algo casi baladí, una anécdota temporal. Casi un mero suspiro, respecto al tiempo, comparado con el infinito de nuestra Eternidad.


Esos recuerdos olvidados han sido sustituidos, durante generaciones, por creencias religiosas que provocan cierta ilusión de salvación y que nos permite seguir atados a éste Mundo con la idea de que en algún momento seremos salvados y recompensados. 


El problema está en que quienes desean el control sobre nuestras almas no son siempre los mismos y, por ello se crean diferentes doctrinas para hacerlas más apetecibles y pescar a los individuos en Río ajeno. Así unas religiones compiten con otras, incluido el cientificismo y el ateísmo, por tentar a nuestras voluntades y conducirnos a sus cauces.


En esa guerra por captar nuestra atención, con mentiras inventadas, la mente humana, desprovista de sus recuerdos originales, entra en un proceso caótico que desestabiliza nuestro sentimiento de equilibrio y bonanza, provocando miedo, pánico y terror. Un terror que es capáz de olerse y que provoca una suerte de paranoia colectiva donde lo único que importa es seguir vivo, viendo al resto de individuos, más que, como lo que realmente son, nuestros hermanos, una parte de nosotros mismos, un peligro potencial muy real.


Lo anterior hace que nuestra potencial empatía por los demás se desvanezca, se disipe y no sea posible, deshumanizándonos y haciendo mucho más difícil el que podamos acceder a nuestro recuerdos de cuando vivíamos en nuestro verdadero Hogar Celeste.


Y en ésta situación nos encontramos a día de hoy, estamos generalizando, viendo a nuestros amigos, familiares, compañeros de trabajo y vecinos como nuestros más letales enemigos. Como fuente potencial de muerte. Una muerte que puede acabar con nuestras vidas. Una vida a la que le damos un valor infinitamente mayor del que en realidad posee.


Y el Miedo provoca fanatismo. Un fanatismo que señala a quienes incumplen las supuestas medidas de seguridad que pudieran, también supuestamente, impedir que enfermemos y morir, repetimos, para siempre.


Nosotros, particularmente, sentimos lástima por el espectáculo que han provocado unos pocos perros pastores en el rebaño humano. Nos recuerda a "Babe el Cerdito Valiente" aprendiendo a pastorear las ovejas de su amo. Además de lástima sentimos vergüenza ajena al ver lo fácil que es manipular a personas que supuestamente poseen un nivel de inteligencia superior al de una ameba.


Nunca ha sido más importante despertar nuestro recuerdos que ahora, en estos momentos aciagos en los que fomentando la ignorancia, se nos ha inducido el miedo, fomentando el fanatismo para que desconfiemos los unos de los otros y nos agredamos mutuamente mientras unos pocos, muy pocos, se aprovechan de la coyuntura, llevando el agua a su molino y empobreciendo, de forma inmisericorde, hasta la muerte a una gran mayoría de sus hermanos.


Sería gracioso y ridículo si no fuese algo tan serio. Es como si los antílopes pastorearan a los leones. Despierta y ve el León que llevas dentro. No tengas miedo a morir, pues la Muerte no prevalecerá ante tu Espíritu Eterno e Inmortal. Esta vida tiene el valor que tiene, como mera fuente de experiencias, y nada más. Pierde el Miedo y enfrenta la vida con honor y valentía y no aterrorizado como un cobarde que solo merecería ser vomitado por Dios.


Despierta y deja de ser partícipe de éste circo que han montado para que sigas inmerso en la más estúpida de las ignorancias.


Despierta ya.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C