domingo, 20 de marzo de 2022

Lección 71, Noveno Grado, Tercera Orden

 "Illuminati, en reverso" (7)


-Por qué si te portas bien, va todo tan mal-


Acabamos de ver la aparente fortuna que poseen aquellos que están marcados por algún tipo de impronta procedente de algunos arcontes o demonios familiares. Eso suscita una pregunta: ¿por qué a esa gente le va tan bien y a personas que hacen lo correcto y que no poseen esa marca les va tan mal?


En primer lugar, recordaremos que no existe una fuerza externa que nos bendiga con la suerte o nos maldiga con lo contrario. Aunque parezca imposible de explicar, siempre somos responsables de todo lo que nos acontezca.


Lo que sucede es que estamos desposeídos de nuestros recuerdos e incumplimos, a cada paso, las leyes de éste Mundo; es decir, desconocemos el verdadero funcionamiento de los arcontes y nos situamos, de forma ignorante, ante su implacable paso, aplastandonos de contínuo.


El origen de todo esto es nuestra falsa educación en tanto que se nos dice que éste Mundo es bueno por naturaleza y que si hacemos el bien recibiremos cosas buenas y si realizamos cosas malas nos sucederán cosas adversas. Esto es cierto, en parte; pero no siempre es verdad.


Ya hemos visto la forma de alimentarse de los arcontes y que son atraídos por las fuertes emociones, ya sean estás de carácter positivo como negativo, devolviéndonos efectos proporcionales a la emoción que los alimenta; pero también sucede que los arcontes están programados para mantenernos dormidos y que actuemos conforme a las reglas que rigen éste Mundo y si no actuamos de tal manera, están programados para corregirnos y devolvernos al camino para el que están programados que caminemos.


Si os percatáis, en la Naturaleza salvaje no existe la bondad, por regla general, todo es puro egoísmo de comer o ser comido. Sin embargo, las personas que están decantada a hacer el bien continuamente están encaminadas en sentido contrario a cómo funciona la Naturaleza y son un peligro para el Sistema virtual establecido, dado que con esa actitud se encuentran en el Camino de despertar a la Luz de la Verdad y eso los arcontes deben de impedirlo a toda costa pues en cuanto alguien despierta y se vuelve consciente de la existencia y verdadero funcionamiento de los arcontes, estos dejan de tener poder e influencia sobre él. Cosa que deben de impedir por su programación.


Los seres humanos somos infinitamente más poderosos de lo que creemos y los arcontes solo poseen el poder que nosotros le concedemos con nuestra ignorancia. De éste modo, una Persona consciente de la Verdad y cuyo comportamiento está cargado de bondad, aunque no siga los principio de la Ley de la Selva estará protegido por su Ser Interno florecido; pero si una Persona no ha llegado a ese nivel de Iniciación, por muy buena que sea, solo recibirá embites de los arcontes con la intención de que rectifique y sea menos bueno y un poco más egoísta con el fin de que no llegue a ese despertar y toma de consciencia. 


La Persona por mera impotencia reacciona con emociones negativas de nostalgia, tristeza y depresión lo que ocasiona que los arcontes aumenten sus embates.


Una Persona Iniciada es una Persona que se encuentra en contacto directo con su Maestro Interno y cuando ésto sucede, éste toma las riendas del poder e impide que los arcontes puedan dañarlo.


Bueno y básicamente esa es la causa de que ciertas personas mundanas dormidas tengan tan buena fortuna y otras muy bondadosas sean recompensadas con el infortunio. 


Si éstas últimas perseveran en su Camino, que sin duda alguna es el correcto, terminarán despertando, reconociendo a su Maestro Interior y, de forma automática, cesar su "Mala Suerte". 


Por el contrario, aquellos a los que todos les va de perlas por estar perfectamente sincronizados con el funcionamiento del Mundo, les costará mucho el llegar a esa Iniciación que los libere de la existencia en éste Mundo y permanecerán atrapados en él mientras ese despertar no suceda. 


Se da el caso de personas que tras haber llevado una vida normal y corriente, tan anodina que casi nunca fue molestado por los arcontes, que un día, por un impulso espiritual, un toque de la Gnósis en sus entrañas, decide cambiar su comportamiento de vida y es, a partir de entonces, cuando su fortuna parece haber cambiado y comenzar a salirle todo mal. 


Esto es así porque su comportamiento anterior no despertaba el interés de los arcontes y, sin embargo, a partir del cambio es como si hubiésemos accionado el interruptor que los activa, haciendo lo posible, con sus acciones correctivas, que rectifiquemos y regresemos a nuestra vida anodina y egoísta que llevábamos con anterioridad. 


Muchos caen en esa trampa tan antigua como el Mundo y desisten de su buen proceder regresando a su comportamiento anterior y cesando los ataques; pero eso supone un retraso en el despertar y, por lo tanto, un paso hacia atrás en nuestro progreso espiritual. Lo contrario, el persistir en el nuevo comportamiento de favorecer a nuestros semejantes, ya vimos hacia donde nos lleva. Hacia la liberación de estar sujetos a los caprichos de éste Mundo, en tanto que nos desconectamos de él para conectarnos a una fuente de energía de mucha mayor vibración, el Amor. A esos niveles vibratorios no alcanzan los arcontes y por lo tanto, nuestro Cristo, nos habrá librado, para siempre, de sus nefastas influencias.


Mientras no se ha producido el despertar completo, dos naturalezas se encuentran en permanente lucha, dentro de nosotros, por tomar el control de nuestras vidas y eso provoca unas tormentas emocionales tremendas que invitan a comer a los arcontes. Cuando esa lucha cesa porque la Personalidad se ha rendido ante el Nuevo Hombre, ese surtidor de energía cesa y los arcontes se retiran al perder su fuente de energía. Ese punto es lo que conocemos como Iniciación plena.


Bien, alguien que habiendo comenzado el camino del cambio y conozca estas cosas, cuando recibe estos ataques simplemente cambiará de actitud y en lugar de lamentarse se alegrará por encontrarse en el camino correcto. Si nuestras emociones, aprendemos a que siempre sean positivas y no toxicas y de tristeza, los arcontes se alimentarán sin más y cuando estén satisfechos nos dejarán en paz. 


Habiendo sido su alimentación de carácter positivo, tened por cuenta que los efectos de esa alimentación también lo serán y nuestra vida en lugar de un suplicio insoportable se habrá convertido en un divertido parque de atracciones y donde solo podremos hacer una cosa, reírnos de nuestros males y pesares conociendo que es un proceso previo y necesario para nuestra completa redención.


Aralba R+C