jueves, 3 de marzo de 2022

Lección 61, Noveno Grado Tercera Orden

 "El Diablo anda desatado"


-Divide y vencerás-


Etimológicamente hablando, "La palabra griega διάβολος significa, en origen, el que lanza algo a través o entre otros, de ahí el que separa o divide y crea odios o cólera, o envidia."


"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes."

(Efesios 6:12)


Cualquier cosa, en estos instantes, es posible. No nos atrevemos a pronosticar cómo van a suceder y finalizar las terribles cosas que, hoy, suceden en el Mundo; pero la Bestia Imperialista que domina el Planeta está muy herida y lo que venimos sufriendo son los

estertores previos a su muerte.


Ella sabe que está perdiendo el Poder sobre los Estados de la Tierra y no, porque algo o alguien se lo haya quitado, sino porque lo ha ostentado y no ha hecho buen uso de él.


De forma egoísta ha creado guerras por toda la faz de la tierra con el fin de conseguir sus recursos naturales y sembrar la discordia para dar salida a su gran excedente armamentístico de segunda mano.


Su moneda ya es papel mojado y solo se sustenta sobre un poder bélico, cuya ignominia es difícil de sustentar. También sobre la mentira de ser el sheriff del Planeta, el Salvador del Mundo. Un Salvador que salva a la gente de sí misma mandándola a la tumba.


Generador de guerra por su gran industria armamentística y generador de engaños mediante su poderosa industria mediática; especialmente, cinematográfica, televisiva, informática, de prensa y de videojuegos.


Cada vez es menos la gente que puede ser engañada por el Diablo compulsivo anglo sionista del norte de América; pero aún siendo menos, como hemos dicho, todavía sigue siendo la mayoría de la Población del Planeta, debido a su extraordinaria máquina de manipulación centrada en sus Servicios de Inteligencia exteriores, la CIA.


Pero no nos engañemos ni caigamos en la trampa fácil de pensar que el Gigante del Norte, sus ciudadanos, son el origen del Problema. En realidad, ese gran País, origen de la actual "Democracia", está siendo gobernado por fuerzas oscuras e invisibles que solo saben mostrarse mediante las tinieblas del Mal.


Existe una fuerza egregórica que se extiende por todo el Mundo y que, invariablemente, se va concentrando, temporal y geográficamente en diferentes personas y naciones, en tanto que una posesión de carácter diabólico.


Así, se han sucedido en el Mundo, grandes imperios gobernados por ególatras y arrogantes narcisistas, a los cuales solo les ha importado, e importa, su ilusoria aura de grandeza y endiosada magnificencia.


Son personas de carne y hueso nuestros monstruos, los que gobiernan nuestro Mundo, como si se tratara de un enorme matadero que apesta a sangre y muerte; pero detrás de ellas se esconden, a modo de titiriteros, las fuerzas egregóricas que conocemos como del Mal.


Estas fuerzas arcónticas, que poseen a los más estúpidos de nuestra Especie Humana, solo buscan dividir con el fin de provocar la diferencia de potencial o voltaje que les proporciona su inagotable suministro de Energía.


Ciertamente, los individuos que son manipulados por estas fuerzas, deben de ser dignos, más que de un legítimo desprecio, de pena. Una terrible pena al comprobar como parte de los nuestros están investidos con el estigma de la estrella simbólica que representa la Traición de los individuos hacia su propio Pueblo. Una estrella que no está constituida de mala fe, sino de miedo e ignorancia.


Esa Fuerza egregórica e invisible busca nuestra división o descomposición, para ella misma poder sobrevivir a causa y consecuencia de nuestra división en dos polaridades diferenciadas.


Esa fuerza es el Diablo cuya misión es fomentar la discordia entre los hombres sin importarle, lo más mínimo, La integridad espiritual de la Humanidad.


Esa espesa y negra sombra lovecrafniana se puede contemplar a través de la Historia conocida. En la India y en Sumer, en Persia y Egipto, en el Norte del Ártico y en Grecia, en la Roma de los césares y en los imperios caníbales de Mesoamerica, en los pueblos bárbaros asiáticos mongoles y en los imperios europeos con especial mención al más extenso de todos ellos, el británico.


Sobre éste último, de carácter anglo sionista, ondea la sombra de un Dios terrible, celoso y vengativo. Un Dios, cuyo deseo es ser único en el Mundo con el fin de recibir absolutamente todas las oraciones y pleitesías. Porque no nos engañemos, esa fuerza diabólica del Mal se alimenta de toda la energía que los seres humanos derrochamos cuando nos encontramos divididos entre nosotros.


De hecho, ese fue el primer pecado original, la división celular y la procreación, dado que el Demiurgo que era el Espíritu único y Gran Arquitecto del Universo, con el fin de proporcionar vida a su Creación, tuvo que desdoblarse primero en dos, luego en tres, cuatro y cinco. Así hasta conformar toda la materia y existencia individualizada existente en el Universo. Es el mito de Osiris descuartizado por Seth, reconstruido por su Esposa Isis y vuelto a manifestar en el Dios halcón Horus.


Bien, mientras antes entendamos que solo se trata de procesos naturales y antes nos olvidemos de ciertas supersticiones mitológicas, antes seremos conscientes del inmenso poder constructivo-destructivo que nuestra almas contienen.


Sabemos que en Gog y Magog se desarrollará la gran matanza del Gran Armagedón y que acabará con una gran parte de la Humanidad para dar lugar a una naturaleza Diabólica, como sucede hoy en día; pero a un nivel más amplio y al que se encontrará sometida casi el ciento por cien de la Humanidad.


Acerquémonos, con humildad, a esta evidente desnudez y veamos con nuestros ojos la verdad que se nos oculta a simple vista. Todos los seres humanos, no solo somos hermanos y procedentes de un mismo caldo biológico de àcido desoxirribonucleico, sino que nuestra individualidad y divisibilidad solo son aparentes, conformando una única Unidad Biológica, conocida como Humanidad.


Ser conscientes de las terribles consecuencias de nuestros actos es nuestra debilidad en el corto plazo; pero también nuestra fortaleza en el largo. Así podemos ver y saber que el Diablo solo es la Fuerza que permite la ilusión de la Existencia, en tanto que esa división o dualidad es imprescindible para que pueda haber tomado forma y vida todo lo existente y sintiente.


Aralba R+C