miércoles, 4 de mayo de 2022

Lección 91, Noveno Grado, Tercera Orden

 "Al otro lado de, al otro lado de…, al otro lado del Velo"


-¿Lo Incognoscible?-


Ya dijimos que el Multiverso viene a ser como una incontable cantidad de muñecas matrioskas autocontenida unas dentro de las otras, en una suerte de singularidad multidimensional. Ahora indicamos que esa efímera singularidad no es otra cosa que un instante dentro de un big-bang aún no completado; pero la pregunta es ¿Existe algo más allá del Multiverso que venimos ilustrando?


Entramos en el Terreno de lo que los gnósticos denominaban lo "Incognoscible" y no es que sea incognoscible porque los seres humanos no podamos conocerlo o concebirlo. ¿Que es o que contiene esa Palabra?, en tanto que todos procedemos de dicho, vamos a denominarlo "Lugar" y su información ha venido, a éste Mundo, con nosotros; sino porque no poseemos palabras humanas para poder definirlo. Las palabras como nuestros propios cuerpos pertenecen al Mundo del Espacio Tiempo y la densidad, conceptos inexistentes, salvo en forma de Idea, dentro de esa vamos a denominarla como Mente Universal.


Entonces ¿Qué sentido tendría explicar con palabras humanas aquello que existe al otro lado del Velo? Siempre nos equivocaríamos tanto en la forma como en el fondo del relato; pero esto es necesario que hoy lo hagamos ya; en tanto que es necesario para que una inmensa cantidad de personas puedan despertar a la Verdad de la existencia. 


Digamos que, al provenir todo, nosotros también, del Pleroma, recibir ésta información aunque sea de forma desvirtuada, somos conscientes de ello, nos sirve como el interruptor de encendido de una Pantalla de información secreta.


Hablamos de la Mente Cósmica Universal que trasciende cualquier tipo de frontera interdimensional que pudiera cubrir al Multiverso. Esa Pantalla, de la que hablamos, no posee marco y es inmersiva; es decir, en el instante en que se enciende, automáticamente nos encontramos sumidos en su esencia y donde no puede hablarse ni de interior ni de exterior.


Si nuestros ojos pudiesen observar ésta pantalla, cosa imposible por su fulgor, lo único que podríamos ver es Luz blanca de una prístina pureza, nada más. En ese sentido, los antiguos no se equivocaban al definir que Dios es Luz. Una Luz que no puede soportar la materia de éste Mundo en tanto que, de producirse un contacto, quedaría vaporizada al instante; es decir, disuelta en la propia Luz de donde, naturalmente, procedió.


Pues bien, a parte de esa fulgurante e inobservable Luz Blanca, de tener los oídos adecuados, escucharíamos un sonido compuesto por la suma de todo el espectro electromagnético existente. Eso es la Palabra de Dios, el Verbo y que ha estado infinitamente activo, desde siempre, antes del principio de la existencia del Multiverso y hasta después de que que deje de existir o se transforme.


Una vez que nos encontramos sumergidos en la Esencia del Incognoscible, el Pleroma, somos conscientes de la Unidad Absoluta con Él; es decir, no sentimos una definida individualidad sino que somos capaces de sentir la Plenitud del Todo en nosotros. Digamos que nuestra Consciencia se expande y ya no somos capaces de sentirnos a nosotros mismos como una individualidad.


En ese instante comprendemos que la Esencia, el Éter, del Incognoscible está constituido de Luz, Sonido y Consciencia insondables. Una Consciencia Universal que constituye la Mente Universal que ha conformado el Multiverso Espacio Temporal y sujeto a las denominadas leyes que rigen los incontables mundos.


Esa pura Mente Consciente, no sujeta al Espacio Tiempo, está llena de cosas y a las que aquí hemos venido a denominar como ideas. La ideas, por decir así, son como las neuronas de la Mente del Pleroma y, por lo tanto, son infinitas. Evidentemente, algunas de esas ideas, unas pocas, fueron el germen de lo que un día constituyera el Multiverso así como todo lo que los múltiples universos contienen, desde el Plano cuántico hasta el Plano Cósmico.


Es importante recordar que en ese "Nirvana'' todos somos Uno, que todo se encuentra interpenetrado por todo y que no existe la individualidad como aquí y ahora la conocemos.


En realidad, acerca del Pleroma poco más se puede decir, aunque muchos desearían escribir enciclopedias enteras, dado que el Incognoscible es la mínima expresión del todo. El Multiverso vendría a ser algo así como una interminable ecuación que ocupara varias pizarras, siendo el Pleroma la Fórmula principal y que no puede reducirse más.


Digamos que el Multiverso, para el Pleroma, no es otra cosa que un Campo de experimentación de la Consciencia Individual, como ideas, en su infinidad de formas.


Aunque la Consciencia Individual se sienta una parte diferenciada y externa; en realidad, solo se trata de una mera ilusión provocada por las diferentes leyes de la burbuja espacio temporal de nuestro Universo. En cada Universo sucederá lo propio. No solo somos células virtualmente individualizadas de Dios, sino que somos parte consustancial con él, en realidad lo único que existe, el Pleroma, la Mente y Consciencia universales, la Voluntad de Acción y la Memoria del Infinito.


Aralba R+C