domingo, 10 de abril de 2022

Lección 81, Noveno Grado, Tercera Orden

 "El Pueblo no es la Tierra sino las personas"


-Si estás matando a las personas estás matando al Pueblo-


Cuando los bomberos extinguen un incendio lo hacen con un fluido antagonista, agua o arena, no echando más combustible, con el fin de parar el incendio lo antes posible y atenuar los daños. Así, una Guerra no se detiene armando a uno de los contendientes. Realizar ésta acción supone prolongar la contienda y aumentar el número de muertos y heridos, acrecentando así el daño causado.


Una vez comenzada una Guerra, la que fuere, no es cuestión de preguntarse quiénes de los contendientes tenían o no la razón sino de buscar el mejor medio de pararla y hablar de esas cosas después.


Gandhi, Desmond Tutú y Nelson Mandela ya demostraron que la Revolución Pacífica es mucho más efectiva que las revueltas militares y, además, no acarrea muerte y sufrimiento y, por supuesto, menos odio. El Odio es un combustible muy efectivo para aquellos que aman la guerra, la destrucción y la muerte.


Hoy todavía son muchos los que, equivocadamente, creen que los pueblos están conformados por la propiedad de la Tierra; generalmente por parte del Estado, ya sea éste una Monarquía, un Ducado o Principado, o una República. El Pueblo no lo conforma la tierra y los insectos que en ella vivan sino las personas que en ella habitan.


Si un conjunto mayoritario de personas discrepan de su gobierno estatal, lo que éste debe de hacer es escucharlo para gobernar en consecuencia, no reprimiendo la voluntad popular y lanzandoles. bombas por comportarse como chicos malos. La Tierra es de quienes la ocupan, la trabajan, la explotan y la conservan.


Un Estado soberano no es lo mismo que otro absolutista y despótico, donde los gobernantes legislan a espaldas del Pueblo. Un buen Gobernante debe de gobernar para todo el Pueblo; es decir, para todos los pueblos que conforman el Territorio que engloba el Estado. Así, unos pueblos tendrán unas necesidades e inquietudes y otros otras muy diferentes. Pues el Chiste está en contentar a todos mediante normativas flexibles y no monolíticas.


Un mal Gobernante y un muy mal Gobierno es aquel que gobierna, en exclusiva, para una parte de la población, ya sea ésta mayoritaria o minoritaria. Esta forma de gobernar provoca disgustos y rupturas que terminarán convirtiéndose en odio y separatismo entre las diferentes comunidades.


Por lo tanto, un Gobierno debe de sopesar, fríamente, si quiere trabajar y gobernar para todos los ciudadanos no para unos pocos. En éste último caso debe de entender que cierto sector de la Población, del Pueblo, le responderá de forma levantisca y creando problemas de gobernanza y enfrentamiento entre los diferentes intereses poblacionales.


Si un Gobierno que ha gobernado mal, en tanto que lo ha realizado en favor de unos determinados intereses, independientemente de que fueren mayoritarios o muy minoritarios, debe de estar preparado para que aquellos que han sido agraviados y menos compensados, decidan, de motu propio, que ese Gobierno no les representa y decidan romper con el Estado. 


El intentar corregir, estos actos rebeldes, de parte del Estado, por la fuerza es contraproducente y es como si a un Incendio le echaremos gasolina para apagarlo. La arrogancia y la soberbia no son buena compañía para los gobernantes y, desgraciadamente, de eso hay mucho en todo el Mundo.


Cuando un Gobierno estatal bombardea a su Pueblo ha perdido todo su derecho a reclamar las tierras que ocupa tal Pueblo, en tanto que la Tierra le pertenece al Pueblo aunque sea el Estado quien la administre y gestione. El error de todo esto es pensar que el Pueblo se encuentra al servicio del Estado en lugar del Estado al servicio del Pueblo.


Aquellos gobiernos corporativos que defienden a los gobiernos que amedrentan y matan a su Pueblo, son tan ilegítimos como a los que dicen ayudar enviándoles tropas y armas. Ninguna Guerra se gana con las armas, solo las batallas. Pues la muerte engendra odio y el odio es un sentimiento casi imposible de extirpar. La Guerra genera odio, el odio muerte, y el odio más muerte y más guerra.


Un Gobierno no es Democrático porque se auto denomine así sino porque sus métodos y modos sean verdaderamente democráticos. Un Gobierno, sea cual fuere su denominación, se convierte en ilegítimo en el instante en que gobierne en favor de unos intereses particulares o alejados del bien general del Pueblo.


Un Gobierno siempre será ilegítimo si ha sido instituido tras un golpe de estado, sobre todo si éste ha sido cruento y financiado por intereses externos a la Nación.


Una vez que una Guerra ha comenzado, por no haberse podido o querido evitar, la única solución que queda es acudir a los organismo internacionales y hacer todo lo posible por convencer a los contendientes de que la Guerra no soluciona nada. Echar más leña al fuego no lo apagará cómo armar a una de las partes solo incrementará el sufrimiento y el dolor del Pueblo; es decir, de la Población.


Por favor, que no te engañen. Nuestros gobiernos no son nuestros gobiernos en tanto que gobiernan a favor de intereses extranjeros. Intenta ser reflexivo y no tomar un partido visceral por una de las partes.


Lucha por la Paz y luchar por la Paz no se hace mediante la guerra, aunque a ésto, algunos lo llamen demagogia.


Aralba R+C