miércoles, 17 de noviembre de 2021

Lección 13, Noveno Grado, Tercera Orden

 "Acaso, ¿todo es relativo?"


-El subterfugio para aceptar las Mentiras-


¿Quien no ha escuchado alguna vez, cuando se responde a alguna cuestión si algo es verdadero o falso: Eso es relativo, la Verdad no existe? Esto nos recuerda, de nuevo, a la fábula de la zorra y las uvas, "están verdes", se dice al no poder alcanzarlas, y así pasa de ellas y puede continuar su camino. Bien, cada quien puede ponerse las excusas que desee, está en su derecho; pero, en modo alguno puede obligar a nadie a compartir, como ciertos, sus subterfugios; es decir, hacernos comulgar con ruedas de molino.


Desde muy, muy chiquitos, a los seres humanos nos mienten con Papá Noel, el Ratoncito Pérez, los Reyes Magos, el Hombre del Saco..., de tal modo que cuando nos convertimos en adultos, tomamos las mentiras como algo natural; algo así como pecadillos menores y, la verdad sea dicha, la Mentira es una terrible asesina de la Verdad en los planos internos, especialmente en el Astral o Mundo de Deseos.


La Relatividad es una Teoría enunciada por Albert Einstein que determina que el tiempo transcurrido depende de la posición de los observadores. También se podría decir, solo a nivel cuántico, que una partícula subatómica está aquí o allá, hace esto o aquello; dado que las partículas cuánticas se manifiestan bajo el principio de indeterminación de Heindemberg; es decir, es imposible conocer la posición de una partícula en un momento determinado.


Es una terrible vulgaridad, digna de ignorantes iletrados, decir que algo incierto puede ser verdad o que algo que manifiestamente es verdad, pudiera ser falso; es decir, relativo. Vivimos en un Universo Dialéctico, donde todo se manifiesta, de forma dual, por medio de una Ley no escrita denominada de la balanza. Las cosas pueden ser negras o blancas, más negras o más blancas, gris casi negro o gris casi blanco; pero no podemos decir que algo que es blanco es negro o que algo que es negro sea blanco.


La Relatividad no existe, por regla general, en el Mundo de la Realidad. Las cosas o son verdaderas o son falsas. En modo alguno, Todo es Relativo. Ciertamente existen aspectos que pueden resultar confusos; pero nunca relativos. Podríamos discutir, por ejemplo, si algún color es rosa o violeta, dado que no todos percibimos los colores con la misma claridad; en las notas musicales podría sucedernos algo parecido o en el gusto sentir algo salado cuando en realidad a otros pudiera parecerles ácido; pero son cuestiones, relativas a la percepción de nuestros sentidos y no determina que las cosas pudieran ser relativas, dado que existen escalas de colores y musicales perfectamente determinadas. Otra cosa es la imprecisión que podamos tener a la hora de percibir las cosas y eso, eso nada tiene que ver con la relatividad sino con la precisión que tengamos o no de percibir nuestro alrededor.


Otro de los subterfugios, muy utilizados, para intentar colarnos una mentira es la Palabra Comodín "Mito", "eso es un mito o pertenece al mundo de la mitología". Los mitos, no dejan de ser otra cosa que cuentos; es decir historias a modo de fábulas; pero mucho más largas, cuya finalidad es transmitir una información simbólica para que pueda ser procesada por nuestro subconsciente. Después de décadas transmitiendo descabelladas mentiras históricas, no se puede ahora salir diciendo, solo era parte de nuestra mitología. Cuando se dice, de manual, que el Faraón Tutmosis III, fue el primer Imperator de la Rosacruz, se está mintiendo descaradamente, no transmitiendo algún tipo de mitología. Porque los mitos y la mitología son fácilmente identificables por su contexto.


Otro de los subterfugios muy utilizados para que intentemos comulgar con ruedas de molino; es decir, con mentiras, es convencernos de que existen dos Historias paralelas, verídicas ambas, una exotérica y que es la que nos han enseñado a todos en la escuela, que también estudian los universitarios que, en el futuro, se conviertan en maestros y profesores, y otra esotérica, oculta y que, al parecer, solo conocerían los iniciados. Al parecer, este dictamen convence a demasiada gente; pero, en realidad, hasta un niño de ocho años se daría cuenta de que están tratando de engañarlo. No, no existen las historias paralelas. Existen las historias verdaderas y las falsas y, ojo, con esto no estamos diciendo que una parte importante de la Historia que se imparte en las escuelas, no esté falsificada y que otra parte, se nos ha ocultado, de tal modo que es casi imposible que, algún día, podamos llegar a conocerla.


Las invenciones creadas para atraer a los curiosos, del mismo modo que se usa la miel para atraer a las moscas son mentiras y cualquier intento de hacerlas pasar por verdad no son otra cosa que subterfugios constituidos a modo de una cenefa entrelazada de verdades y mentiras; es decir, verdades a medias que, por otro lado, son las peores y más peligrosas mentiras posibles porque, con el tiempo y a base de repetirlas, terminan por equivocar, incluso a los más doctos y eruditos.


No se trata de que yo tenga razón o deje de tenerla; es decir, que la verdad me asista o no; sino de que algo sea cierto y verdad o, por el contrario sea falso y mentira y, perdonadme mis amigos; pero en ésto no hay relativismo ni confusión posible. O nos dicen la verdad o nos mienten y si nos mienten, algo no bueno pretenden. ¡Por sus obras los conoceréis!


Estad ojo avizor para que no os mientan y si lo hacen apartaos de ahí, porque quienes mienten pretenden engañarnos, que es lo mismo que estafaros para conseguir algún propósito no confesable.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C