jueves, 11 de agosto de 2022

Lección 124, Noveno Grado, Tercera Orden

 "Metiendo la cabeza en el hoyo"


-Negándose a ver la Verdad-


La rana nada plácidamente en un puchero de agua calentita sin percatarse de que su fin se acerca. En modo alguno siente que pudiera sucederle algo malo; pero cuando el agua entre en ebullición ya no tendrá vuelta atrás y morirá cocida.


Hace años se hablaba de conspiranoias y conspiraciones, conspiranoicos y conspiracionistas como dos cosas absolutamente distintas; siendo las conspiranoias ideas descabelladas surgidas para explicar algo desconocido, siendo los conspiranoicos aquellos que elucubran dichas ideas y también los crédulos que las creen sin investigar primero.


Hoy, parece que la frontera entre conspiranoicos y conspiracionistas se ha difuminado y solo hay verdades prefabricadas en la Cocina del Sistema y noticias fake, creadas, supuestamente, por descerebrados conspiranoicos. Y la gente se lo cree. Y la gente no pregunta y señala acusadoramente, con el dedo, a aquellos que intentan abrirles los ojos para que vean la cruda realidad.


Existe el mito, efectivamente es un mito, de que el avestruz cuando se encuentra ante un peligro que no puede evitar realiza un hoyo y esconde la cabeza en él para no ver el peligro. Evidentemente el avestruz no es tan tonto como para realizar tal cosa, en tanto que en lugar de huir corriendo perdería el tiempo realizando un hoyo para encomendar su vida a los espíritus de la Sábana Africana; pero los seres humanos sí parece que actuemos de tal modo; en tanto que desviar la mirada para no ver el problema es un clásico.


No, miren, no se trata de conspiraciones conspiranoicas; pero aunque no quieran creerlo, les están envenenando y esclavizando. No les quieren vivos, sanos y libres sino enfermos, esclavizados y muertos. ¿Como se les queda el cuerpo?. Sigan confiando, a ciegas, en sus líderes políticos y tendrán ustedes y sus hijos una vida miserable y sin futuro. Futuro solo tienen los de siempre, los que han tenido el privilegio de nacer en cunas de rancio abolengo; pero ustedes son meras herramientas desechables para facilitarles, a ellos, la vida. Usted sigue pensando que son locuras de descerebrados. Allá usted, siga con su vida viviendo al día y cuando llegue el día de la matanza ya me contará, si puede eludirla.


Que usted no es libre ya debería de haberse percatado; pero es que se encuentra tan ricamente en el agua calentita del puchero, como nuestra rana del cuento.


Que lo están envenenando con fumigaciones de carbono y aluminio e inocunándoles extrañas sustancias génicas, en vena, es un hecho; pero usted prefiere creer que las consecuencias negativas solo son casualidades sin correspondencia alguna con la verdad y sigue su vida como si nada, respirando a diario veneno, comiendo sustancias tóxicas y metiéndose en el cuerpo sustancias asesinas. Yo se lo cuento, usted me señala como loco y arremete contra mi; pero sigue en su camino suicida. Es igual, yo cumplí con el cometido de avisarle. Cuando le venga las cosas mal dadas no pida mi ayuda que no la tendrá. Lo siento en el alma. Se les está avisando y no hacen ni caso.


Que se les quite de la cabeza que los gobiernos de sus países trabajan para el bienestar de ustedes. Ellos trabajan, desgraciadamente, para su propio bienestar siguiendo las directrices previamente marcadas por sus amos; aquellos que les financian sus carreras políticas. Cuando usted tenga claro que eso es así ya no mirará a sus gobernantes con tanta condescendencia y podrá comprender la terrible verdad que se esconde tras una verdadera Conspiración mundial que se viene gestando desde hace siglos. ¿Quiere conocerla?, Luego no diga que no se lo he advertido:


"A usted y a mi nos desean jóvenes, sanos y productivos en caso de ser necesarios. Si no somos jóvenes, sanos y productivos, tan solo les estorbamos y harán lo que esté en sus manos para deshacerse de nosotros. ¿Les suena eso de algo? Así actuaban, en siglos pasados, la mayoría de los amos que poseían esclavos. Ahora usted, si se hace mayor, enferma o no encuentra un futuro en la vida se lo invitará a que acabe con su vida, gracias a la legislación de la Eutanasia.


Antes era fácil controlar el número de esclavos castrándolos o impidiendo que pudieran tener relaciones sexuales con otros esclavos del sexo opuesto. Hoy eso no es posible y el ganado, nosotros, se les ha ido de las manos multiplicándose innecesariamente. Ya sabe, para matar insectos, se utilizan insecticidas pulverizados. Para acabar con nosotros se fumiga, envenenan nuestros alimentos y nos inyectan substancias que destrozan nuestro Sistema Inmunitario.


Si ha tenido la imprudencia o valentía de llegar hasta aquí, tiene dos opciones, seguir con la cabeza metida en el hollo confiando en la supuesta bondad de sus matarifes y señalándome con el dedo como a un enemigo del Sistema o abrir los ojos a la verdad de lo que está sucediendo en el Mundo y convertirse en un nuevo elemento transmisor de la verdad; pero lo que no puede quedar es impávido ante lo que sucede porque, en breve, podría quedar bien cocina como nuestra rana del cuento.


Aralba R+C