jueves, 21 de julio de 2022

Lección 114, Noveno Grado, Tercera Orden

 "El Positivismo y la persecución de la Felicidad"


-¿El Leitmotiv de la Vida?-


Iba a decir que de un tiempo a ésta parte; pero en realidad nos viene acompañando siempre, esa cantinela de que el Mundo, a pesar de sus imperfecciones, debemos de verlo desde un punto de vista positivo y que el verdadero destino de los seres humanos es conseguir la felicidad.


A algunos, con buen sentido común, lo expuesto en el párrafo anterior les parecerá un auténtico disparate, en tanto que uno no se puede mantener seco si el agua nos cubre hasta el cuello. Definitivamente, la Felicidad en éste Mundo, no solo es una utopía inalcanzable sino una imposibilidad manifiesta y esos momentos, escasos, donde parece disfrutarse de momentos felices es una mera ilusión.


Dicho lo anterior, tampoco debemos de volvernos pesimistas pues ya se sabe que lo que se piensa es el germen de lo que será, en tanto que el Pensamiento, por propia naturaleza, es creador. En ese sentido, ser de ánimo positivo es interesante; pero sin perder el sentido común ni las verdaderas espectativas.


El realista refranero español dice "piensa mal y acertarás", sin querer esto decir que debamos volvernos de mentalidad negativa y, por lo tanto, pesimistas. En ese sentido, España es un País terriblemente pesimista que pareciera que pudiéramos cambiar éste curso, volviendonos los ciudadanos positivos; pero eso no funciona así. Es muy complicado disgregar el Egregor de perdedor que acompaña a nuestro País desde, prácticamente, la Edad Moderna.


La única solución es desmantelar el Sistema y llevarlo al banco de trabajo para analizar la falla, primero, y proceder a su pertinente reparación después.


Ni positivismo ni negatividad. Ni optimista ni pesimista, en tanto que esas palabras solo reflejan emociones. Emociones que provocan apegos y nos esclaviza a la Autoridad automática de los arcontes. Libres de emociones, con una mentalidad puramente científica, debemos de observar el Problema para analizarlo y tomar las medidas más adecuadas para repararlo; y ello sin miramientos, caiga quien caiga, dado que el beneficio de la Mayoría siempre debe de prevalecer sobre el bien de la minoría.


La actitud de los seres humanos, frente a la Vida, no debe de ser la propia de los visitantes de un Parque de Atracciones; es decir, con ánimo de divertirse al máximo y aparcar, por un instante, los problemas cotidianos; sino la de un Investigador Privado con una mentalidad científica lógica y analítica.


La imparcialidad es la clave ante una mentalidad previa, ya sea positiva o negativa. Pudiera parecer, está actitud, algo que raye con la psicopatía y libre de cualquier tipo de emociones; pero hay que entender que de lo que aquí estamos tratando no es de no tener o evítar las emociones sino de controlarlas y colocarlas en su repisa correspondiente para que no interfiera en nuestras lógicas decisiones. 


Recuerda:


El Mundo no es un Centro de diversiones por mucho que te hayan contado lo contrario. Todo tu esfuerzo realizado en conseguir la felicidad será en balde y solo conseguirás mayor frustración, en tanto que los resultados conseguidos no concuerdan con lo que tú has estudiado o te han contado.


La Vida, el Mundo, es un Hospital, un taller de reparaciones y estamos aquí para reconstruir al Ser Humano Original y primigenio. ¿Que en los posible nos divertimos mientras lo reparamos?, Estupendo, el trabajo no tiene por qué ser algo aburrido y tedioso; pero eso no debe de evitar que modifiquemos nuestra natural perspectiva de la Realidad. Estamos aquí para reparar nuestro vehículo no para contarnos chistes.


Está bien reflexionar y crear teorías nuevas como hipótesis de trabajo; pero debemos de ser conscientes de que son eso y no otra cosa, herramientas para comenzar a trabajar con algo previo, sin descartar que esas teorías podrían ser falsas y que, a la larga, tengan que ser abandonadas con el fin de ser sustituidas por otras nuevas y más cercanas a la realidad.


Somos una suerte de Auto roto que se encuentra en el taller de reparaciones. A nadie se le ocurre acercarse a una Pista de carreras con el Auto estropeado. Pues bien, cuando nos dirigimos al Mundo como si éste fuese un parque de atracciones, estamos haciendo lo mismo y lo mínimo que nos podría pasar es que el cacharro que conducimos tenga un accidente y terminé todo como el Rosario de la Aurora.


Aralba R+C