domingo, 3 de julio de 2022

Lección 109, Noveno Grado, Tercera Orden

 "¿Construir en la Tierra o en el Cielo?


"No acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde los ladrones penetran y roban; sino acumulad tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde no entran ladrones  para robar; porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón"

(Mateo 6:19–21)


Son demasiadas las ocasiones en las que se utilizan frases bíblicas para significar alguna sentencia tasativa; en tanto que se ha catalogado, por parte de algunas religiones, a las Sagradas Escrituras, como la Palabra inmutable de Dios.


Las religiones siempre han buscado la sumisión al Estado de sus feligreses, en tanto que la Religión no deja de ser una Herramienta del Estado. Así la moneda utilizada para sentenciar aquello de dad a Cesar lo que sea del Cesar y a Dios lo que es de Dios, no deja de ser un mismo objeto, la misma moneda con su cara y su cruz.


Si nos fijamos en el texto que encabeza ésta reflexión, nada se dice que no se trabaje en éste Mundo sino que no se atesore en éste Mundo que son cosas muy diferentes. No trabajar en éste Plano de existencia es una irresponsabilidad; pero otra cosa es que ese trabajo se realice con miras a éste Mundo o con intención de que sus consecuencias traspasen los límites de éste Mundo.


El Estado, el Mundo, desea que nuestro trabajo se delimite al Mundo sin miras mayores y ahí es donde se encuentra el quitz de la cuestión. 


Muchos son quienes desean que expliquemos que es lo que podemos hacer para que podamos cortar el disparate histórico que estamos viviendo a nivel mundial. La respuesta no es sencilla; pero parece que la correcta sería nada, en tanto que ir contra corriente es suicida y no sirve de nada.


Si entendemos que el argumento principal del Libro de la Vida individual y mundial ya está escrito, solo nos queda exponer, si así lo deseamos, nuestra disconformidad con las cosas que están aconteciendo; pero poco más. Si todo el mundo ha decidido suicidarse poco podemos hacer para evitarlo y si el Mundo se destruye, naturalmente, nosotros y nuestras familias seremos destruidos con él y poco o nada podremos hacer para evitarlo. En todo caso, vendamos todo lo que tengamos y larguemonos lejos de las grandes ciudades con el fin de evitar, en lo posible, que el maremoto del despropósito nos alcance.


Eso mismo, lo que acabamos de mencionar, es lo que realizan ciertas sectas religiosas y que ya hemos mencionado. La idea es aislarse del Mundo con el fin de preservar ciertos principios culturales y morales; pero mucho nos tememos que a corto o medio plazo, el Mundo colocaría su mirada sobre nosotros y terminaría destruyendonos como un objeto peligroso para su subsistencia.


Al final siempre le queda a Dios, el diluvio, ya sea de agua o de fuego con el fin de eliminar la anomalía y, bueno, esa es la esperanza que les queda a unos pocos fanáticos.


Nuestra opinión personal es que luchar por cambiar el Mundo es un trabajo baldío e improductivo que no conduce a nada positivo. Ahora bien, actuar en contra de nuestros intereses tampoco posee algún sentido racional; solo nos queda, llegados a éste extremos, actuar inteligentemente y con sentido común para preservar, dentro de lo posible, nuestras convicciones morales e ideológicas y si tenemos que hacerlo en el secreto de nuestra privacidad, para no ser atacados, hagámoslo. Los gnósticos hemos sobrevivido a las mareas del tiempo de dicho modo.


La Idea es que todos nuestros actos, dentro del Mundo, estén planificados no como idea de mejorar o reformar el Mundo sino como si estuviéramos planificando la Vida en un nuevo Mundo que aún no existe; de hecho, no existe en nuestro Plano de existencia. El Trabajo lo tenemos que realizar aquí y ahora, en éste Mundo; pero la Idea general es que seamos conscientes de que lo que hagamos no se haga con la intención de realizar imposibles. Cambiar el Mundo o mejorarlo lo es; sino que lo hagamos pensando en algo nuevo y mucho mejor que aquí no existe. Eso es atesorar en el Cielo y no en la Tierra. Laboramos por el bien del Mundo y de la Humanidad; pero no, por éste Mundo y ésta Humanidad que, sea como fuere, ya se encuentran condenados, en tanto que su final ya está escrito. Trabajemos, aquí y ahora, en planificar lo que venga después de que éste Mundo haya dejado de existir. ¿Eso servirá para cambiar el Mundo que tenemos?, En absoluto; pero al menos tendremos la consciencia tranquila de que no estamos trabajando para nada sino que nuestro trabajo es una especie de planificación para después de que pase la tormenta y eso, mis amigos, eso es atesorar en el Cielo donde no hay ladrón ni polilla, porque si las cosas las hacemos pensando en que podemos cambiar el Mundo estamos perdidos y, con nosotros, todo nuestro trabajo que será arrastrado y destruido por el fuego o el agua del final de los tiempos.


Pensemos y hagamos el bien sin pensar en si se perderá o algo quedará. Haz el bien y no mires a quien pues la Caridad es la consecuencia de la Fe y la Fe, la Gnósis, es lo único que nos puede salvar y eso, eso también es atesorar en el Cielo donde no hay ladrón ni polilla.


No actuemos con la idea de cambiar éste Mundo sino con la de preparar los planos para un nuevo Mundo mejor y que tiene que venir después de que haya pasado éste tras haber sido destruido.


Aralba R+C