miércoles, 19 de octubre de 2022

Lección 148, Noveno Grado, Tercera Orden

 "Comunicar, comunicar, comunicar"


-Diferentes modos de comunicar-


Tras tantos años en ésto de la espiritualidad, hemos comprobado que existen diversos modos de comunicar las experiencias espirituales; eso sí, unas más válidas y útiles que otras.


Una, muy común, es la literal; es decir, comunicar aquello que se habla, tal cual, y que está sujeta a múltiples equívocos; en tanto que, para muchas de las experiencias espirituales no existe un vocabulario adecuado. Éste método es muy cercano al lenguaje exotérico; en tanto que, una serpiente es un reptil, sin más, independientemente de que hable y posea una inteligencia que, supuestamente, no debería de mostrar. Éste método es el propio de charlatanes que no entienden lo que se traen entre manos y que, por lo tanto, solo es ignorancia lo que pueden transmitir. Así, la mayoría de los Best Sellers esotéricos, con cientos de páginas, están construídos de éste modo y su contenido es pura paja sin beneficio para el Alma.


Otro método de comunicación, también muy agradecido; pero muy poco provechoso y ético, es el utilizar frases enlatadas de grandes intelectuales del pasado y del presente. Son frases lapidarias dignas de cementerios y frontispicios universitarios. Éste Sistema, aunque muy llamativo, muestra muy poca personalidad del que intenta ofrecer una información que no es capaz de transmitir con palabras propias. Por otro lado, requiere por parte del receptor el esfuerzo extra de desmenuzar su contenido con el fin de descubrir su verdadero valor. Éste método es en extremo utilizado por aquellos eruditos cargados de titulaciones oficiales y que sólo son capaces de utilizar el Método Empírico. Éste método se queda a las puertas del umbral que separa a la Personalidad del Alma y, por lo tanto, tampoco cumple con su objetivo propuesto


Por último existe, creemos que el más adecuado aunque menos comprendido, el simbólico que, aunque requiere un esfuerzo y constancia persistentes, por parte del receptor; en el fondo es el más eficaz, en tanto que el mensaje no va dirigido a la comprensión de la Personalidad sino a la propia Alma. Un Símbolo no es sólo una ilustración gráfica, dibujo o escultura, también lo es las construcciones literarias que suponen las alegorías, metáforas, proverbios, parábolas y analogías. Así, el nombre de María para la inmensa mayoría solo es el nombre de mujer más común de todos; pero, esotéricamente, es mucho más en tanto que hace referencia al Mar, el agua fuente de toda vida existente. María, en sentido esotérico, significa Madre de toda vida.


El lenguaje simbólico no es utilizado, en la mayoría de ocasiones, de forma premeditada con el fin de deslumbrar a los lectores y oyentes, sino que sale del Alma del emisor con el fin de alcanzar al alma de los receptores. Si éstos, sus personalidades, son demasiado pétreas, no comprenderán, en principio, nada de lo que reciben pues sus almas están enterradas bajo capas de escoria; no obstante, el símbolo termina impregnando a la propia Personalidad, la cual, comienza a rumiar, de forma automática, el símbolo que no entiende y que tanto le desagrada; pero, como consecuencia de tanto magrearlo, de forma inconsciente, termina penetrando, poco a poco eso sí, la capa exterior y llegando a su objetivo fijado, el Alma.


Quienes hablan mediante el lenguaje simbólico del Maestro Interno, al igual que lo hiciera Jesús de Nazaret y el resto de los profetas del pasado, en principio, son incomprendidos, señalados y calumniados de forma injusta; pero pasado el tiempo, como le sucediera a Saulo de Tarso, uno de los grandes perseguidores del Cristianismo primitivo, terminan rindiéndose a la evidencia en tanto que los ojos de su Personalidad se cierran cuando los de su Alma se abre al haber sido tocada por el contenido espiritual del lenguaje simbólico. Y como consecuencia, Sauloo se termina convirtiendo en Pablo, el Apóstol gnóstico, de Cristo.


Eso explica que muchos críticos que comenzaron juzgando gravemente el trabajo de verdaderos profetas; al final, terminaron sucumbiendo a la Verdad de lo oculto y se terminaron transformando en los más férreos defensores de aquellos.


Nuestro consejo, en éste sentido, es no desechar el mensaje incomprensible sino guardarlo a buen recaudo para que no se pierda y leerlo cada cierto tiempo hasta conseguir vislumbrar la verdad que se esconde tras el dibujo, el grabado, la metáfora o la parábola. Cuando esto sucede, es la prueba de que la Personalidad ha sido permeada y el Alma, enterrada, ha sido tocada. Es el comienzo del despertar y el preámbulo de lo que, sin duda, acabará con un nuevo Nacimiento, la del Alma Eterna e Inmortal.


Aralba R+C