viernes, 11 de febrero de 2022

Lección 52, Noveno Grado, Tercera Orden

 "Sacudiendo el estigma Teosófico"


Hoy en día, para cualquier Profano, echar un vistazo al Término Rosacruz supone sumergirse en un Océano de términos y conceptos masónicos y, sobre todo, teosóficos; pero esto no siempre fue así.


La verdadera Rosacruz, su Esencia, es como el cogollo de una lechuga o el corazón de una cebolla que no pudieran observarse hasta retirar capas y capas que impiden observar su simple belleza interior.


Hasta el Siglo XIX con el nacimiento de la Sociedad Teosófica de la mano de Elena Petrovna Blavatsky y del Coronel Olcott, la Rosacruz se conocía, básicamente, por su relación con la Masonería, en tanto que en algunas de sus obediencias ese nombre aparecía en alguno de los grados filosófico. Sobre éste Tema ya hemos hablado; pero profundizaremos en trabajos posteriores, dado que la visión masónica de la Rosacruz también estaba tergiversada por una visión jesuítica, de tinte católico y no protestante como fuera su verdadero origen.


Ciertamente la Madame Blavatsky creo una Obra monumental, gracias a su habilidad fabuladora, una potente imaginación y una gran capacidad de compendiar el trabajo de otros mediante sus lecturas. Que Eliphas Levy fue uno de sus principales, vamos a llamarlo, inspiradores es algo que está fuera de toda duda para los historiadores que se han acercado a la Obra y Vida de la Madame.


La Obra de Blavatsky, básicamente, "La Doctrina Secreta" que no deja de ser otra cosa que una versión más elaborada y compleja de su primera Obra "Isis sin Velo", ha impregnado, durante más de un siglo, todo el trabajo esotérico de Occidente, haciéndose eco de sus fábulas, personajes rosicrucianos tan importantes como Franz Hartman, Teodor Reuss, Rudolph Steiner, Max Heindel, Spencer Lewis, Krum Heller e incluso el Reverendo R.S, Clymer. También influyó, hasta la médula, en autores rosicrucianos como Papús, Josephín Peladán, Stanislaus de Guaita e incluso en los británicos creadores de la Golden Dawn como Macgregor Matter.


A día de hoy es prácticamente imposible hablar de esoterismo sin poder que hablar de la Sociedad Teosófica y de su Creadora, la muy enigmática y desconocida Madame Blavatsky y nos referimos a ella como un verdadero misterio, en tanto que todo lo que conocemos de ella se debe a sus propias declaraciones y escritos. Como ustedes comprenderán, la credibilidad de una Persona tan dada a la Fábula, a la exageración y a adornar sus escritos con tantas citas, personajes y datos inventados, sacados de su propia imaginación, poca o ninguna credibilidad se le puede conceder.


No podemos, en modo alguno, desacreditar su descomunal trabajo que permea todo el trabajo esotérico de Occidente, desde el Siglo XIX hasta el día de hoy, dado que es muy difícil o imposible no ver un alto grado de mediumnidad en su Obra; de hecho, Blavatsky antes de crear su Cátedra teosófica había incursionado en el Mundo de la mediumnidad espiritista. Es por ello que, nosotros, no recomendamos leer la Obra de tan gran Autora como una Obra Histórica y que hubiese de ser estudiada como un Libro de texto sino que habría que escudriñarla como lo que, en realidad es, pura Mitología surgida de una Mente Maestra.


¿Que queremos decir con ello?, Que se presume infructuosa cualquier indagación en la vida y Obra de muchos de los personajes aludidos por la Escritora, entre ellos todos sus maestros hindúes y tibetanos mencionados. Creemos que autores como Lobsang Rampa entendieron muy bien la Obra de la Madre de la Teosofía y aprendieron a imitar su forma de proceder a la hora de vender sus historias imaginadas. Sí, porque la mayoría de la Obra de Blavatsky es fruto de su fértil imaginación y no puede ser tenida en consideración a la hora de ser mostrada como una referencia histórica fiable.


Bien, si prescindimos de todas las invenciones míticas acerca de la Rosa Cruz que fueron añadidas por la Madame y, posteriormente, por sus muchos correligionarios teósofos y masones nos quedamos con muy poco. Poco; pero fundamental y suficiente como para comprender lo que en verdad fue la Rosacruz Original del Siglo XVII y cuya Realidad intenta rescatar, humildemente, nuestro "Colegio Invisible de la Rosacruz"


Todo el mundo conoce que la Virgen del Pilar es una talla más bien pequeña; pero son tantos los adornos y vestimentas con los que se ha arropado que, al final, resulta una imagen impresionante y de gran tamaño. Pues lo mismo sucede con la Rosacruz arropada con todas las invenciones y mitos masónicos y teosóficos. Si desvestimos la Talla Rosacruz de toda la parafernalia mencionada se nos muestra en toda su sencilla desnudez; es decir, en su justa y necesaria verdad y la podemos contemplar desde su verdadera perspectiva histórica, social y espiritual.


Así tenemos una Rosacruz, la verdadera y original, que podemos estudiar por sus tres escritos conocidos como los manifiestos rosacruces: La Fama, la Confessio y las Bodas Químicas. Si deseamos profundizar en su entorno, podemos leer las opiniones positivas de algunos de los autores contemporáneos como Comenius, el Dr Robert Flud y el también Dr Michael Meier.


Con ese poco; pero suficiente material podemos ver lo que en verdad era el Movimiento de la Fraternidad Rosacruz antes de que se lo ocultara bajo un espeso manto de secretismo mítico; primero masónico y después teosófico.


Y lo que vemos es simple pero significativo:


Un conato de Reforma Universal de la Sociedad de su Época, dentro de la propia Reforma Protestante en el Continente Europeo. Digamos que se pretendía, lo venimos repitiendo de forma cansina, una reforma dentro de la Reforma Protestante o, dicho de otro modo, una profundización en la Reforma que se dio. Una Reforma que, lamentablemente, no pudo producirse al entrar toda Europa en una escalada bélica debido a las diferencias religiosas.


Así quedó la Fraternidad Rosacruz, como una pequeña cápsula del tiempo que, un siglo después, sería redescubierta por la Masonería primero y otro siglo después por la Teosofía de Blavatsky, elevando a la Rosacruz a la categoría de Mito, un Mito que podía ser trasladado, por la imaginación, a épocas tan antiguas e improbables como las lemurica y atlante.


Así las cosas, tras nuestro estudio e investigación podíamos hacer tres cosas: dejar que las cosas siguieran su curso sin más y sin desmentir el mito, aportar nuestro granito de arena para amplificar aún más su mitología y, lo que nos parecía mucho más correcto, desmitificar a la Rosacruz y mostrarla tal y como fue concebida por Valentín Andreae, su Creador y bueno, eso es lo que venimos haciendo, con mejor o peor fortuna, desde hace tantos años y ésto y no otra cosa es lo que pretende el "Colegio Invisible de la Rosa Cruz" y su "Atrium Rosae Crucis Templorum", su Átrio y Portal Público o, también, Atrio Ecuménico Rosacruz. Una suerte de Viaje en el Tiempo para encontrar a la Rosa Cruz en su verdadera magnificencia como motor de Cambio para la Humanidad y como una visión hermética y gnóstica del verdadero propósito del Cristianismo original.


Aralba R+C