lunes, 13 de junio de 2022

Lección 103, Noveno Grado, Tercera Orden

 "La maniquea dicotomía entre el Bien y el Mal"


-Cuando el Bien y el Mal no son otra cosa que una mera percepción de la Realidad-


En primer lugar tengo que decirles que no estoy por aquí para caerles bien a ustedes. No tengo algún interés en tener un gran número de seguidores incondicionales que aplaudan nuestras palabras; pero no voy a consentir interferencias en la transcripción de la Enseñanza del Maestro Interior y, si por dicha causa, puedo caerles impertinente o antipático, no es mi problema. Allá cada uno de ustedes con su propia percepción. Quizá no se encuentren preparados para superar ésta prueba.


Dicho lo anterior, es necesario que se entienda que la percepción del bien y del mal es algo propio de la Personalidad y del Cuerpo Físico que la alberga. Miren, nuestra Vida se manifiesta dentro de un estrechísima sector de un enorme espectro electromagnético y fuera del cual, la manifestación de la vida es absolutamente imposible. Quiero ponerles un simple ejemplo. Todos conocemos lo que es el frío extremo y el calor extremo. El frío congela y detiene la vida y el fuego destruye y desintegra la vida. Ante nuestra percepción, como egos mortales, el frío extremo y el fuego son dos caras del Mal. Ambos poseen la capacidad de destruirnos como personas, en tanto que son incompatibles con la Vida. Para el Espíritu, sin embargo, dado que es inmortal y ocupa la totalidad del espectro electromagnético, tanto el frío como el calor, pueden resultar absolutamente irrelevantes.


El Bien y el Mal son conceptos que solo poseen relevancia desde nuestro singular punto de vista; pero si queremos ser más generales debemos de considerar que eso que denominamos como bien y mal forman parte consustancial del Todo; es decir del Uno; es decir, de Dios y, en verdad, Dios, a mi parecer, no puede ser malo.


Vemos cómo malo, aquello fuera de nuestro estrecha percepción y que nos perjudica y como bien aquello otro que se encuentra dentro de ese diminuto receptáculo electromagnético que nos permite vivir cómodos, sin dolor ni sufrimiento; pero repetimos, solo se trata de una mera percepción y no del Ser sino del ego o Personalidad.


¿Por qué existe el Mal nos preguntamos muchos?


El Mal, eso que conocemos erróneamente como el Mal, no deja de ser otra cosa que un revulsivo para sacarnos de nuestra pasiva rutina y somnolencia. Es un acicate para ponernos en movimiento y buscar la Iluminación. Como vemos, el Mal, eso que conocemos como mal, es imprescindible en el Camino de la Espiritualidad. Es todo aquello que nos permite tocar techo y fondo con el fin de darnos cuenta de que existe algo más allá de las estrechas fronteras entre las que se sustenta nuestra acomodaticia vida.


Aquello que nos hace daño lo percibimos como el mal; pero ese mal es necesario para que nos movamos hacia el Camino de la Iniciación; es como si un sonido o una percepción táctil permitiese a un ciego dirigirse por el camino correcto, evitando así que pudiera tropezar o equivocar su camino.


Así, ahora, podrán ustedes entender que digamos, sin inmutarnos, que "Toda Palabra es Inspirada por Dios", y cuando decimos toda, es Toda. Incluso aquellas terribles, crueles, perversas y lascivas que pudieran resultarnos malignas e irreverentes, en tanto que están ahí y existen para alguien. Quizá, casi seguro, no para nosotros y las vemos cómo ese hielo o ese fuego que queman y destruyen la vida. Pero existen para que alguien las encuentre y enfrente, permitiéndole entender que su Camino se encuentra en otro Lugar, evitando el fuego o el hielo.


Así tenemos que lo que denominamos como Mal es extremadamente relativo y puede resultar un gran Maestro conducente hacia la Iluminación.


Por lo tanto, la próxima vez que te encuentre frente a frente con el mal, no lo juzgues ni confrontes solo evítalo y dirige tu Camino en sentido contrario porque para eso existe el Mal, como una especie de aviso de prohibido el paso. No pases por aquí pues hay peligro de incendio o de calzada helada. Se te está avisando para que corrijas tu Camino, en tanto que te estás desviando. El Mal, eso que conocemos erróneamente, como el Mal, posee una importante función correctiva. Por lo tanto, por favor, no rasguen sus vestiduras ni se ecandalicen cuando decimos que el Mal no existe y que "Toda Palabra es Inspirada por Dios", incluso aquella que nos indica que Dios es alguien cruel, tiránico y despótico, celoso, caprichoso y vengativo. Quizá mi amigo, esas palabras te estén diciendo, a ti, algo muy concreto y que el resto somos incapaces de comprender. Quizá, estés viendo que esa cosa no puede ser Dios y corregirás tu Camino hacia otro lugar, el lugar correcto. Dios está por encima de todo ello, de lo que conocemos como el Bien y el Mal porque su percepción es infinita y esos bien y mal son imperceptibles matices de una realidad infinitamente más amplia. Quien tenga entendimiento entienda. El Bien y el Mal, más bien su percepción, ambos son parte de Dios, como tú y yo también formamos parte de Él.


Aralba R+C