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jueves, 28 de octubre de 2021

lección 3, Noveno Grado, Tercera Orden

 "Dios es Luz"


"Y este es el mensaje que hemos oído de Él y que os anunciamos: Dios es luz, y en El no hay tiniebla alguna."

(1a Juan, 1:5)


No, no nos hemos vuelto ateos cuando decimos que el dios representado como un Todo Poderoso Señor con barbas no existe. Ese dios que todos tenemos grabado en el inconsciente colectivo, no deja de ser otra cosa que una alegoría comprensible de lo que en realidad es y significa Dios; el problema es cuando la alegoría la transformamos en una imagen del verdadero Dios y, entonces, entramos en el Universo de la Idolatría.


El error procede de la errónea interpretación de los primeros pasajes del Génes, donde se dice, "Hagamos al Hombre a nuestra Imagen y Semejanza". Eso se ha interpretado como que Dios es igual que nosotros, en forma y figura; pero infinitamente más grande, más bondadoso y amoroso; pero también infinitamente más iracundo y rencoroso. Todo ello, no deja de ser otra cosa que una apreciación infantiloide de lo que, en verdad, es Dios.


Dios es Luz y dado que todo es y forma parte de Dios, todo es luz. Entonces ¿Por qué existe la oscuridad; es decir, las tinieblas, la ausencia de luz?. Veréis, se trata de frases retóricas para intentar mostrar la importancia de Dios respecto de otra cosa que, evidentemente, no puede tener existencia a parte de Dios. En ese sentido, la Nada es lo mismo, una entelequia cuya existencia es imposible que haya sido posible.


Cuando hablamos de que Dios es Luz, no nos referimos al limitado tramo visible del espectro electromagnético y que podemos contemplar con nuestros limitados ojos. En ese sentido, dada la idéntica naturaleza de la energía del espectro electromagnético que se extiende hacia el infinito tanto en el lado del infrarrojo como del ultravioleta, podemos hablar de luz visible a nuestros ojos y luz invisible a nuestros ojos. Si tuviésemos la capacidad de ver la luz que desprende todo el espectro electromagnético solo podríamos ver una luz cegadora y sin contraste; lo cual nos convertiría, literalmente, en ciegos que solo podríamos ver una sola cosa Luz. Por lo tanto, en ese sentido, la sombra de la luz atenuada nos supone una bendición dado que es la fuente de nuestra experiencia visual.


Suponemos que muchos ya conoceréis que las denominadas manchas negras de nuestros Sol, en realidad, no son negras sino luminosas; pero la luminosidad de su entorno es tan grande que, por contraste, ante nuestra observación parecen negras. La Luz, el Éter, la Esencia de Dios está en todo, nos envuelve y nos penetra hasta las entrañas porque esa Luz es la fuente primigenia de la Energía y, por lo tanto, también de la Materia.


Entonces, podríamos pensar que Dios solo es una especie de Océano inerte donde pasan cosas y se producen cosas por mera casualidad; pero esto no es así, dado que Dios es, también la Mente Cósmica Universal, Multniversal si así se desea, donde todo existe y por lo que todo existe. Una Mente no es sólo una palabra vacía que refleja algo subjetivo e inabarcable sino que conlleva, de forma implícita, los conceptos de Inteligencia y Consciencia y, ahí es donde queríamos llegar, porque cuando en el Génesis se habla de que el Hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, no se está refiriendo al caparazón físico que representa, someramente, al Ser sino a la Inteligencia y a la Consciencia; porque en el fondo, aunque no seamos capaces de apreciarlos, somos seres constituidos de Luz, de la Luz Divina; porque si Dios es Luz, todo es Luz manifestada en sus diferentes grados de intensidad, del mismo modo que sucede con las manchas solares del Sol.


La negrura absoluta, la falta de Luz absoluta, la nada y las tinieblas solo son un recurso retórico para provocar un contraste y que podamos, de algún modo, comprender la magnificencia de Dios. La obscuridad no es la falta de luz, es una luz de menor intensidad; es decir, de una gradación menor; pero si pudiéramos eliminar, completamente, la deslumbrante luz del entorno, veríamos como sigue habiendo luz, pues todo está formado de Luz, dado que Dios es Luz y se encuentra en todas partes, lo cubre todo y lo penetra todo. Pero recuerden que, cuando hablamos de Luz no nos referimos solo a la luz visible sino al conjunto del espectro electromagnético, el que ya conocemos y el infinito que aún nos queda por descubrir.


Esa Mente Universal que es infinita Luz; del mismo modo es infinita Inteligencia e Infinita consciencia, en cuya memoria, existe tanto lo imaginable como lo inimaginable, siendo esa, del mismo modo, infinita memoria, el Mundo de las Ideas que mencionara el Maestro Platón. Todo existe en la Mente de Dios, incluso antes de manifestarse en el Mundo de los efectos gracias al Éter, la Luz, el Cuerpo de Dios.


¿Cuanto se parece Dios a la imagen que te habías hecho de él?


Tú y yo, sólo somos diminutas células infinitesimales del Infinito cuerpo del Creador; pero no por ello dejamos de estar formados con y por Luz y, en ese sentido, no sólo somos criaturas creadas por la Mente de Dios, sino que formamos parte intrínseca de él y, en semejanza, somos Dios. He ahí la Divina Herejía.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C