martes, 11 de octubre de 2022

Lección 147, Noveno Grado, Tercera Orden

 "Obligados a posicionarse"


-Cuando los problemas acuden a tu encuentro-


Esto es un alegato a favor de la "Neutralidad", porque supongo que todos y cada uno de nosotros, en algún momento de nuestras vidas, se nos ha colocado ante un dilema, en el que debemos de posicionarnos, ante algo que nosotros no hemos buscado. 


Así sucede cuando algún amigo de la pandilla hace algo incorrecto y los demás lo aplauden mientras tú no estás de acuerdo con su actitud, ni tampoco entiendes que el resto del grupo le de la razón. 


En estos casos tienes dos opciones: 1 callar tu opinión y seguirle el juego, hipócritamente a tu amigo, como los demás y 2 manifestar que no estás de acuerdo intentando exponer tus motivos. En el segundo caso, ya sabes que serás expulsado del grupo y los que considerabas como tus amigos te darán la espalda.


En el ámbito laboral es muy común que salgan estos casos, como cuando existe una reclamación, mediante el sindicato, a un Empresario y tu entendimiento te dice que esa reclamación es irracional. En el extraño caso de que decidieras ponerte del lado del Empresario, el resto de compañeros te llamarán esquirol y harán piña contra tí, lo mismo que contra la Empresa. Si, por el contrario, decides apoyar la decisión de la mayoría estarás traicionando lo que te dicta tu conciencia. En ambos casos, decidas lo que decidas, es muy probable que para tí no vayan las cosas bien. Si decides ponerte del lado del resto de trabajadores te expones a ser despedido por algo que no compartes; si, por el contrario, decides ponerte del lado del Empresario, lo más probable es que tarde o temprano tengas que abandonar la Empresa, pues todos los compañeros te harán el vacío y te harán la vida imposible.


Lo que nos sucede, a nivel individual, también sucede a nivel colectivo; por ejemplo cuando los gobernantes de una Nación determinan tomar partido en una confrontación bélica con la que no están de acuerdo algunos de sus ciudadanos. A éstos no les queda otra que acatar las malas decisiones de sus gobiernos y lo único que les queda es protestar, en las calles, si les dejan. Con el tiempo, al agravarse la situación, lo más probable es que ni siquiera puedan protestar pues se habrá decretado un "Estado de Excepción", que de hacerlo, podría llevarlos a prisión.


Ahora bien, en los casos comentados, también pudiera darse el caso de que cualquiera de las dos decisiones que pudiésemos tomar sean erróneas; o al menos, así lo consideremos en consciencia. En estas circunstancias lo suyo sería decir, alto, un momento, esto no va conmigo, yo no tengo que ver en éste asunto y me abstengo. En el primer caso comentado, por omisión estaríamos haciendo mal, pues sí conocemos que un amigo nuestro realiza una injusticia y el resto lo apoyan, lo justo sería que nosotros, de motu propio, abandonasemos la pandilla.


En el segundo de los casos comentados, si decidiéramos no posicionarnos, declarándonos neutral, muy probablemente seríamos mal visto tanto por la Empresa como por el resto de los compañeros; es decir, no nos iría nada bien.


En el tercer caso, lo más probable es que nuestros compañeros, familiares y amigos, nos considerasen insolidario, cobarde e incluso traídor por no ser solidarios con las decisiones del Gobierno de la Nación.


Como podéis ver, mis queridos amigos y amigas, el intentar mantenernos neutrales en una disputa que, en principio, no nos concierne es harto complicado y, de una o de otra manera, las circunstancias nos obligan a tomar uno u otro partido y que, como en una lotería, no se sabe, hasta que acaba, si salimos ganando o perdiendo; pero lo que está claro, es que en todos los casos, moralmente salimos perjudicados si estamos traicionando a nuestra consciencia.


Todos los casos mencionados suceden con acciones subjetivas de complicada valoración y que necesitan un alto nivel de consciencia para poder determinar cuál de las dos partes se encuentra en posesión de la Verdad.


Imagínense el caso de que fuéramos testigo de una pelea en la calle y donde alguien que parece más fuerte anda dando una paliza a otro aparentemente más débil. En esa circunstancia particular podemos decidir pasar de largo y no intervenir o intentar separarlos poniéndote de parte del que parece más débil. Si tu consciencia te dice que debes de intervenir y no lo haces estarás traicionándite a tí mismo; pero si lo hace, es probable que pudieras estar realizando un acto equivocado pues desconoces las circunstancias que han ocasionado la pelea. 


Imagínate que has decidido intervenir para parar la pelea para que el, supuestamente, débil pueda huir. Quizá te lleves la sorpresa de que el fuerte solo estaba defendiéndose de un intento de robo y que al intervenir has propiciado que el ladrón huyese con su botín; es decir, con la cartera del otro, tú creías, que un abusón estaba golpeando a ese que, en tu imaginación, habías visto como alguien inocente. Hay que tener mucho cuidado con esto, pues las cosas no son siempre lo que parecen; también podría suceder que en el intento de separarlos, al no ver un arma, te llevarás, sin comerlo ni beberlo, un navajazo o un tiro en el estómago.


Cuando estas cosas nos suceden, a título individual, lo que hagamos o dejemos de hacer será de nuestra entera responsabilidad; pero cuando no nos queda opción slguna, porque son otros los que toman las decisiones en nuestro nombre, creo que, en consciencia, debemos denunciarlo públicamente exponiendo los motivos del por qué no estamos de acuerdo con esa decisión que se toma injustamente en nuestro nombre.


Si no estamos a favor de la guerra, debemos de hacer todo lo posible porque nuestros países no intervengan en conflictos bélicos que, independientemente de quien parezca tener la razón, siempre costará vidas humanas y, si no se nos escucha, en consciencia abstenernos de alimentar, en lo posible, el fuego de la guerra con nuestras belicosas opiniones. 


Esa neutralidad, de la que hablamos, viene a ser como un no echar leña a un fuego que, por naturaleza, debería de extinguirse por sí solo. Sí nadie echa leña al fuego éste se apagará en un tiempo breve. Si estamos echando leña cada dos por tres, el fuego se mantendrá activo y los muertos aumentarán de forma exponencial.


Ponernos del lado del más débil no siempre será la opción correcta si no conocemos todas las circunstancias que intervienen en el origen de la confrontación y darle armas al bando más débil para que se defienda del más fuerte lo único que hará será empeorar la situación y la mortandad.


El problema en estos casos es cuando vamos de miopes por la vida y no vemos que, probablemente, esos dilemas no son otra cosa que trampas puestas por un tercero para que nos impliquemos en algo que no nos concierne.


Volviendo a la pelea entre el supuestamente fuerte y el supuestamente débil. Imagínese que usted toma la decisión de intervenir porque un niño o una mujer se les acerca y le dicen al oído "pobre hombre, lo van a matar"; en ese caso, muy probablemente, usted saltará como un resorte y entrará en una pelea que no le concierne y se quedará helado cuando vea que el ladrón que usted ha permitido huir, lo hace acompañado de la señora o el niño que susurró a su oído que debía de actuar como un héroe. La verdad es que, pasado el momento, usted se sentirá estafado y como un imbécil.


Cuando esto sucede a nivel colectivo, entre países, quiero que intente ponerse en el lugar de los ciudadanos que, en consciencia, consideran que se está cometiendo un error, que se está tomando un partido equivocado y que, además, la opinión pública está siendo manipulada en favor de unos intereses inconfesables.


Hoy quiero que medite con tiempo y en profundidad con lo aquí expuesto y, con nosotros, se manifieste en contra de la Guerra; porque todas las guerras son injustas y, en ellas, ninguno de los contendientes tiene la razón. Quiero que entienda que nuestros países, mediante nuestros gobernantes corruptos y medios de desinformación comprados, están llevando a nuestros países a una guerra que no nos incumbe y que sólo interesa a esos que nos manipulan susurrandonos al oído "Pobrecillo, es mucho más débil y está recibiendo una paliza, algo deberíamos de hacer" 


Compruebe todos los datos antes de opinar y de actuar, porque quizá lo estén engañando y, una vez metido en la contienda, será imposible dar marcha atrás.


Aralba R+C