sábado, 6 de septiembre de 2014

Vete a hacer puñetas con tus frases enlatadas y déjame con mis perritos y gatos


El que se pica ajos come


Ya van tres, querido, y no sé qué hacer contigo, besarte, abrazarte o mandarte a tomas por saco.

Un día por poco digo algo, supuestamente inapropiado, que iban a escuchar personas que no debían. Tú me llamaste la atención creo que de forma correcta y pensé, bueno, que había sido un error mío y que efectivamente iba a decir algo indebido.

Otro día me dices, por estos medios así como quien deja caer la cosa, que un Iniciado no debe decir según y qué cosas. Aún, no estando de acuerdo con tu criterio te di las gracias por el tirón de orejas y qué pensaría las cosas dos veces, mira por no tenerla más que nada, antes de sacarlas a la luz. Me extrañó tanto que pusieras tanto empeño en mi educación que entendí que se trataba de buena voluntad de tu parte hacia mí. Amor fraterno, vamos.

Hace nada de nada me paras y me dices más o menos que estás molesto y que no entiendes que vaya poniendo en el muro cosas como que a ver si aprendemos a poner otra cosa que frases enlatadas. Se te veía muy molesto e incluso, de forma impertinente, me llegaste a decir que tú no decías que te molestaban las foticos de perritos y gatos, todo esto sin yo decir ni mu. Te recuerdo Querido mío que las pongo en mi Muro y si no te gusta me borras y santas pascuas. Que no, pues seguiré teniendo material para mis reflexiones, fíjate que bien.

Bien Querido Amigo no tienes razón y te voy a decir porqué, porque esas cosas que digo completamente convencido de lo que digo, las pongo en mi muro y si tú las lees es porque te dá la gana y si es porque me sigues por mi presuntamente avezada literatura te doy las gracias más ufanas; pero me da que sea por otro motivo más ladino, quizá me vigilas. ¡Qué presunción la mía!

En segundo lugar, fíjate si mi rigor educativo es bajo que puse aquello, como otras cosas e incluso suelo poner palabras escatológicas, casi obcenas, como especie de revulsivo a esa costumbre, muy común y que me repatea de poner frases sacadas de contexto, en lugar de aportar reflexiones propias; pero aun así entiendo que te sientas molesto y por ello te dije que la próxima vez lo pensaría, dos veces. Evidentemente con la intención de no hacerte ni puñetero caso.

Recuerda que es mi Muro y por muy Iniciado que yo fuere, que no lo sé ni me importa, en mi Muro pongo lo que me venga en gana; pero fundamentalmente por un motivo, para ser yo mismo no ocultarme detrás de una falsa careta o mostrar un rostro de falsa bondad. Antonio tiene sus virtudes pero es un humano no un autómata cualquiera que ha aprendido bien su programa de mascarada.

No sé si es que piensas que te encuentras por encima de mí, de algunos o de todos. No me importa de veras, en mi casa tengo una gata, por cierto parte de mi familia, y es la que manda o sea que fíjate como me cayó tu impertinencia y lo que me importan los escalafones. Respeto siempre el escalafón siempre y cuando va acompañado de sabiduría y educación; pero educación verdadera, no fingida. ¿No sé si me entiendes querido amigo? Sabía que te darías por aludido.

Mira, dijo Ortega y Gasset que el Hombre es él y las circunstancias que lo rodean. Lo que yo sea se lo debo a la providencia; pero te aseguro que mis circunstancias son impuestas y últimamente, te lo aseguro, no estoy como para tirar cohetes. Se me muere la madre, me dejan en el paro, la Comunidad me deja sin prestación y tú me vienes, por tercera vez, a llamar la atención. Dime ¿Tengo que aguantar que cosas dichas sin malicia te las tomes de forma personal por tu escaso sentido del humor y me tenga que tragar tus bobadas?

No, mira querido Amigo porque cuando tú vas yo ya he regresado. Si me hubiese dedicado a la intriga política o empresarial o sindical probablemente sería un Hombre bien casado con hijos bien colocados que han ido a la Universidad y con suficiente dinero y tiempo como para dedicarme a hacer lo que mejor me viniera en gana por el bien de la humanidad o para destacar y crearme un nombre entre las gentes de mi alrededor. No, yo me he dedicado toda la vida a luchar personalmente contra este Sistema Injusto que impidió tanto a mí como a mi familia que pudiéramos sacar la cabeza del agua. A estudiar de forma autodidacta y a tocarle las pelotas a personas como tú.

He estado por tiempo en partidos políticos y sindicatos donde vi cómo se enarbolaban los estandartes de la intriga y la escalada. Marché de ellos por dignidad y a pesar de haber estado pagando durante años la militancia en un sindicato, por tí bien conocido, resulta que poco menos que no querían saber de mí. Aquí me tienes, sin madre sin trabajo y sin paro, haciéndome compañía una gatita a la que tú despectivamente te has referido como animalitos que te molestan.

Como ves, nunca me he movido por el dinero o el afán de poder, sino por el de conocimiento; de hecho siempre he repudiado esas actitudes porque sí, también se nos decía que teníamos que infiltrarnos en todos los lugares donde hubiese movimiento social: Asociaciones de vecinos, sindicatos, confesiones religiosas e incluso Clubes sociales y otras organizaciones filantrópicas. Dicen que un Siervo no puede servir a dos amos. ¿A quiénes, estamos sirviendo Amigo mío? Ya, ya veo que el fin último es a nosotros y a nuestra progenie.

Pues mira que te voy a decir que yo poco tengo que perder, dado que lo único que me queda es la Dignidad y esa, perdona querido, no te la voy a regalar ni a ti ni a tu afán de presumir.

Respecto a nuestro grado de iniciación lo dejo a tu elección dado que yo me conformo con saber que he venido aquí a aprender a morir. No a construir grandes catedrales ni movimientos sociales que en dos generaciones sean desmantelados. He venido a este mundo a Morir y en esa estamos, aprendiendo a ser lo más humildes posible; pero humilde puede ser el que algo tiene y yo, dado que poco poseo, ondeo eso poco, el pendón de mi elevada dignidad.

Esto va a quedar entre nosotros, por mi parte digo; evidentemente vos estaréis en vuestro derecho de hacer lo que bien tengáis por costumbre hacer y tildarme de lo que tengáis a bien proceder. No tengo miedo, de veras, y nada que perder.

No es por vos sino para los que vengan detrás, que sepan que con hueso duro han topado para roer, porque ya está bien oye, en esta vida desaparece uno como tú y surgen dos más y así hasta el infinito. Que cansinos, dejadme en paz.

Ocúpate de tus asuntos y de los de tu casa y no te metas en casa ajena para decorarla a tu conveniencia que ya tiene uno en los cojones canas.

Como vuelvas a reprobarme vamos a tener, al menos, unas palabritas, querido amigo.


Aralba