miércoles, 30 de julio de 2014

Manual para el dominio del Mundo (I)

Hace ya muchos años que conservo un terrible secreto y que, dada mi edad y situación actual, considero que debería ser desvelado al Mundo, antes de que sea demasiado tarde.

Recuerdo que fue por los años ochenta, por primavera, cuando en una de mis rutinarias incursiones dominicales por el rastro madrileño buscando algún libro o comic interesante, ya descatalogados, me topé con un cetrino personaje que supuse gitano y que sobre la propia acera tenía cantidad de artefactos y papelajos que solo podrían ser tildados de mera basura; pero cuanto me equivocaba, como podrá comprobar seguidamente el lector de esta confesión.

Entre los amasijos me pareció ver unos cuantos tebeos de los años cincuenta y que se habían editado en México por la Editorial Novaro, creo: El Sargento Preston y Red Ryder, entre otros. El primero era un Agente de la Policía montada del Canadá y el otro un vaquero mestizo de India y colono americano; pero bueno nada de esto viene a cuento salvo para ilustrar la sorpresa que me llevaría poco después cuando desembalé, en casa, las mal cuidadas  historietas gráficas que venían amarradas con un cordel de los que se utilizan en cocina para hacer la carne rellena.

Después de tantos años no recuerdo lo que tuve que abonarle al vendedor del Rastro Madrileño; pero tampoco debió de ser mucho, dado que por aquella época me encontraba a la cuarta pregunta y mi capacidad económica era mínima; lo que si recuerdo es que apenas tuve que regatear, acto obligado por aquella época, y el Gitano pareció encantado de haberse deshecho de unas pocas de porquerías.

Lo dicho, cuando desembalé mi compra me di cuenta que había sido timado, pues de todo el paquete, solo unos pocos eran comics de verdad y el resto eran papeles de periódicos color café de los años que debían de tener y una serie de hojas manuscritas junto con otras escritas a máquina. En principio, bajo el cabreo que tenía encima, quise coger todo y tirarlo directamente a la basura y me dije tonto, tonto más que imbécil ¿Cómo te has podido dejar timar? De hecho, quiero recordar que llegué a tirarlos al cubo de la basura pero…

Ese día me tomé una buena siesta y, medio en sueños, quise ver algo importante en aquello que mi dinero me había costado y que ya daba por perdido. Me levanté un poco aturdido y con sequedad en la boca y me dirigía a mi madre “Mama ¿has tirado la basura?”, “No, aún no, estaba esperando que te levantaras de tu larga siesta y fuese tú a tirarla”

Resoplé aliviado y me dirigí a donde había tirado el ya deshecho paquete y lo retiré con cuidado del resto de desperdicios. Lo saqué al exterior de la casa, en el patio, para que le diera el sol y secarse de la grasa de otros desperdicios que seguramente mi madre había echado encima. Al menos no habían cogido algún olor desagradable y cuando consideré que había llegado el momento me dispuse a retirar los tebeos a un lado con el fin de tirar el resto de papeles inservibles; pero cuál fue mi sorpresa cuando descubrí, entre los papelajos, un grupo de cuartillas  debidamente grapadas y escritas a máquina con algunos errores que habrían sido corregidos con corrector blanco. El papel estaba decolorado y lo que supuestamente algún día habría sido blanco o algo parecido ahora tenía color a tierra.

Manual para el dominio del mundo se titulaba y, desde entonces ha sido lo único que he conservado de aquello, dado que los comics terminé, con el tiempo, regalándolos y el asqueroso papel de periódico regresó al cubo de los desperdicios.

En su día supuse, aún hoy sigo haciéndolo, que aquellos papeles podrían tratarse de un borrador desechado por algún escritor fracasado y que, por aquella cosa del Destino, habían terminado llegando a mis manos. Bien, mi confesión pública  es que todos mis escritos, de un modo u otro, han venido siendo inspirados en las palabras impresas de aquellos pocos y sucios papeles de procedencia anónima.

El escrito, lo tengo delante de mí, está perfectamente redactado, sin faltas ortográficas, salvo las correcciones mediante tachaduras mencionadas, y con un intachable estilo gramatical. Su anónimo Autor hace mención a una supuesta traducción del alemán de un escrito previo realizado en italiano antiguo. Luego al parecer, tampoco debía de tratarse de un trabajo original sino la copia de la copia de algo mucho más arcano como podremos comprobar en las siguientes páginas.

El Escrito nos viene a decir, no lo voy a contar al pie de la letra, que su autoría original pertenece al tal Leonardo Da Vinci y que fuera utilizado, con posterioridad, en el Siglo XVIII por una conspirativa orden secreta, de Alemania, conocida como los Illuminati. Acabáramos.

Dado lo increíble del Asunto; pero previendo que pudiera tratarse de algo no ficticio es por lo que plasmaremos su contenido como algo ocioso y sin mayores pretensiones que hacernos pasar algún buen rato. Después de tantos años obsesionado con ésta posesión que pareciera haberme inspirado en mis anteriores escritos, he considerado importante darla a conocer al mundo en general por si alguien tuviese razón de su verdadero Autor, que no sé si vivo o muerto está; pero también por si alguien posee mejores entendederas que las mías y reconociera en estas páginas algo que, al presente a mí se me escapa.

“Yo, Leonardo, hijo putativo de una familia de renombre pero acogido en los amorosos brazos de una humilde congregación valdense de origen templaria, he sido educado del mejor modo posible para servir a la humanidad y mostrar, mediante nuestro humilde y encriptado trabajo, en estos convulsos; pero ilustrados tiempos, que el Anticristo nos viene gobernando desde que la enseñanza de Cristo fuese mancillada por la corte de demonios que medran en el ilícito Trono de Roma”

“Infiltrado, gracias a nuestra innata inteligencia y a la exquisita educación mencionada, en los más recónditos entresijos del Poder, se nos ha solicitado con la máxima discreción, la redacción de un manual profético, a mil años vista, con el fin de consolidar el dominio sobre el Mundo conocido de una sola familia, donde en tiempo y hora habrá de nacer con forma humana, en carne, huesos y sangre, aquel que llevará, a la Humanidad, hacia los mil años de paz profetizados en el Apocalipsis de Juan”

“Unos lo tomarán como el Mesías victorioso esperado por los Judíos, otros como la segunda venida del Profeta Jesús en las nubes, el Maestro que nos descubriera a Cristo; pero otros verán al Anti-Cristo, la aberración profetizada en los libros antiguos, el Hijo del Demiurgo y Jefe supremo de los arcontes”

“Esto es lo que quieren mis amos, aquellos que me pagan por pinturas y diseños, que realice para que, sin que haya duda alguna, la gente del futuro lejano pueda seguir venerando a los que dieron sus dineros como mecenas para que mi nombre quedara perenne en la Historia; pero aun siendo un mandado, haciendo honor a mi estirpe templaria, no puedo dejar de realizar este manuscrito secreto para que en los tiempos que han de venir, la gente sepa a qué atenerse y no dejarse engañar por ilusorias fantasías construidas con ladinas y conspirativas artimañas. Nada hubo antes de él y su ascendencia es el puro capricho de una divinidad constructora y su futuro solo dependerá de su obediencia a nosotros, los intercesores entre Dios y los hombres”

Comprendí inmediatamente lo que el Autor de este supuesto manual, de forma independiente de que su verdadero y original Autor fuese el Tal Leonardo, trataba de decirnos a sus posibles lectores: Que se había urdido una trama, por unos pocos; de hecho muy pocos, para manipular a la mayoría de los ciudadanos y tenerlos dormidos y pendientes de rezos y oraciones automáticas que les impidiesen entrar en el silencio interior y descubrir la verdad que nos legara el Maestro de Nazaret, que somos hijos de Dios, que tenemos una estirpe de divinidad infinita y un futuro de inmortal eternidad. Que somos libres y no sujetos a mandato de terceros.

Terrible Secreto ¿No creen?

Estamos a punto de entrar en la sesentera, en años de vida, y estamos obligados a dar a conocer aquello que me fuera legado hace décadas, mediante el timo de la estampita, de manos de un Gitano y lo que ha sido la génesis inspirativa del resto de mi Obra publicada e inédita.

Son terribles los secretos que os voy a mostrar en estas páginas y solo pido tiempo, el tiempo suficiente para dar a conocer la Verdad, la verdad de la mentira y la verdad de la Verdad. La verdad de la conspiración perenne de la Religión oficialmente establecida y la Verdad que se nos intenta ocultar. Como iremos viendo, Leonardo también nos indicará cuales son los métodos que utilizan, los que él denomina sus amos, para mantener visible el creíble Engaño; pero también nos proporciona el método, de algún modo las gafas, con el que poder vislumbrar la luz innata de entre tanta oscuridad artificial.

Muchos supusieron que Leonardo pudiera tener que ver con los cátaros; pero evidentemente los cátaros solo fueron una invención de la propia religión oficial para desprestigiar la verdadera herejía: La verdadera enseñanza del Maestro Jesús de Nazaret y que nos trajo la Verdad del Cristo, de la Iluminación espiritual, del renacimiento del Hombre Nuevo sobre el antiguo y trasnochado que ya cumpliera con su natural cometido.

Cristo significa Hombre Nuevo, lo contrario de Hombre Antiguo. La construcción de Cristo en nuestras vidas supone la muerte del ser antiguo, cuya provisionalidad es manifiesta. Como nos explica Leonardo, más adelante, no queremos adelantarnos demasiado, La mejor forma de ocultar esta Verdad era convirtiendo a Jesús y a Cristo en una misma cosa: Jesucristo. De hecho es una verdad a medias pues es cierto que Jesús diera nacimiento al Cristo, la Iluminación del Hombre Nuevo, en su Vida como uno más; pero eso no suponía, bajo ningún concepto, que los demás no pudiésemos albergar a Cristo en nuestras vidas sin la intercesión de Jesús el Nazareno.

Aralba