domingo, 25 de septiembre de 2011

Pues tu padre también es manco. Ya, pero eso es otra cosa


Vamos, lo mismito que decir lo de ver la paja en el ojo ajeno, sin ver la viga en el propio. Desde hace algunos años, más bien muchos, se viene considerando desde algunos medios que ciertos partidos escorados a la izquierda son de talante más democrático que los ubicados en el lado contrario.

Sí, ya saben eso de a los dirigentes se los elige a dedo en el lado azul o al contrario por las bases de los partidos en el lado rojillo; pero eso, como estamos viendo en Casa, es una falacia inconsistente. Aquí, quien tiene el poder trata a los de abajo como si de mindundis se tratasen. El candidato a la presidencia de la Comunidad de Magerit, al parecer, no queda favorecido por las encuestas. Ya sabía yo eso de que se gobernaba a golpe de encuestas; pero hasta ahora no lo había tenido tan claro. Siguiendo ese mismo criterio, el Secretario General de su Partido debería de haber dimitido hace ya tiempo, pues no lo quieren ya ni los propios.

Sí, los partidos de derechas suelen tener la malísima costumbre de elegir a sus cargos a dedo; pero por lo menos no engañan a sus bases. Sí, los paganinis, los que cotizan y mantienen las estructuras físicas de los partidos políticos.

Desde siempre, en la izquierda gobernante, se viene utilizando ese criterio de limpieza democrática como baluarte a enfrentar a las actitudes despóticas de la Derecha; pero por lo visto eso no es del todo cierto por lo que estamos viendo en el tira y afloja que se traen en las candidaturas para Magerit.

Hay unas bases, eso es cierto, que eligieron en sus diferentes congresos, locales y regional a su Secretario General. Supuestamente, como marcan las buenas costumbres, el Secretario General suele ser el Candidato a la Presidencia de la Comunidad; pero por lo visto en este caso no parece ser así, ya que el talentoso del Secretario General y su cohorte de aplaudidores no lo consideran así: Las encuestas no son favorables.

En otras circunstancias, claro que eran otras circunstancias del pasado, en este mismo supuesto se decidió realizar una especie de previas, para que de allí saliese el Candidato Oficial; pero claro, entonces había un tira y afloja entre dos facciones importantes del partido y si se hubiese tirado en demasía a lo mejor se habría jodido todo. No sé si me explico. Desde que nuestro Prota, tomara el Poder del Partido, pues resulta que no hay discrepancias, ni tonos en los colores. Todo es rojo, pero del mismo rojo. Os acordáis: ¿Dónde están los socialdemócratas, los azulones, los rojillos y los izquierdosos? Están acallados.

No parecen existir, y si están no se los ve. Ahora el Talante está gobernando no solo sobre la cabeza de todos los nacionales sino de los militantes de base del partido que sustenta al Gobierno. Ese talante es el que a dedil les indica a los secretarios regionales lo que hay que hacer y lo que no, a quien hay que poner en un punto estratégico y a quien no, como si esos poderosos señores fuesen tan infalibles como supuestamente lo es el Papa para los católicos.

Sinceramente, yo soy de los que opino que si Hoy se celebrasen elecciones, democráticas, en el seno del Partido que gobierna, ese talentoso no volvería a salir, ni de coña.

¿Qué está sucediendo entonces?
El Buen Hombre para llegar a donde está, no es tonto del todo eso está claro, ha sabido arroparse de estómagos agradecidos y seguir una política absolutamente populista. No se me equivoquen, que de izquierdas solo tiene un sutilísimo parecido, nada más, el discurso. Eso de por ejemplo: La Nación no va bien, va mejor. Ahora pongo la mitad de señoras y la otra mitad de hombres, independientemente de su valía política.

Quiero también recordar que la situación política, en aquellos momentos, era muy peculiar. Ya saben lo de los atentados de las torres mellizas y demás; pero desde luego, puedo asegurarles, que a quien suscribe no lo volverían a engañar de nuevo. Un Señor que a las duras machaca a los trabajadores para facilitar el mantenimiento del poder bancario.

Supongo que alguien, dentro del supuesto Partido que supuestamente gobierna, se irá dando cuenta de por donde van realmente las encuestas.


ARALBA

jueves, 15 de septiembre de 2011

Filosofía del misántropo


Tenemos un buen amigo que es sociólogo, Martín vamos a llamarlo, y en una de las tantas conversaciones que solemos mantener le comenté lo interesante que podría ser que realizase un estudio respecto a las actitudes de los individuos en el metro de Madrid. 

Cuando le comenté eso, me puso cara como de, entre incredulidad y sorpresa. Porqué me comentas eso, dijo. Yo le contesté con otra pregunta ¿Cuanto tiempo llevas utilizando el auto para desplazarte? Martín dijo, como sonriendo, ya ni me acuerdo del tiempo que hace. Durante un instante se mantuvo callado y al rato me insinuó que probablemente hiciera ese estudio que yo le había indicado. Ya que, al menos, podría resultar curioso.

A Martín no le volví a ver hasta pasado más de un año, ya que tuve que salir, por cuestiones de trabajo, fuera del país. Evidentemente, cuando regresé a Madrid una de las primeras cosas que hice fue buscar a mi amigo del alma.

Cuando nos encontramos, Martín había cambiado ostensiblemente y su peculiar alegría, pareciera como que se hubiese convertido en algo así como tristeza, melancolía o que se yo. Te veo cambiado le dije. Ya te digo, me contestó. Sí, amigo Aralba, hice lo que me dijiste antes de que marcharas a esas tierras bábaras que tanto te atraen, continuó. ¿De que hablas, pregunté? Enseguida entendí que Martín se había tomado al pie de la letra lo de aquel trabajo de sociología a realizar en el suburbano de la Capital de España.

Mientras el me contaba, yo permanecí a la escucha, sin apenas parpadear. Al principio no le di importancia, dijo, y empecé a trasladarme por metro a todos los lugares que iba. Sí, aunque parezca mentira dejé aparcado mi añorado auto para desarrollar una tarea que me llevaría cerca de un año. Terminé poco antes de que tú regresaras; pero transcurrido un poco de tiempo desde que empezara a utilizar ese vehículo subterráneo empecé a comprender que la gente, viajando en metro, se convertía en gentuza. Quedé asombrado cuando usó esa expresión tan poco habitual en Martín; no obstante permanecí callado esperando las próximas palabras del sociólogo y amigo.

Veía como la gente se comportaba como los buitres a la espera de conseguir algún asiento para reposar sus posaderas. No se conformaban con ocupar un lugar libre, en pié, dentro del vagón. No, yo observaba, como investigador que soy, los gestos y las caras. Les iba la vida en poder conseguir un asiento y si no lo conseguían se sonrojaban como si estuviesen avergonzados por ser más lentos que los vecinos que sí conseguían su preciado tesoro. Al rato, sus rostros se transformaban como en desprecio. Sí, aunque parezca mentira, yo veía, como si los pensamientos se pudiesen convertir en realidad, que hasta habrían matado por ello.

Permanecí expectante, mientras mi amigo continuaba su interesante relato. Cuando se sentaban sacaban un libro, si a ese tipo de mamotreto de seiscientas páginas se lo puede denominar así, y comenzaban a leer con fruición aquellas interminables novelas de ficción. Comencé a comprobar como miraban a las musarañas cuando algún anciano, embarazada o tullido subían al vagón. Es como si se hicieran los locos, para que aquella pobre persona no se fijase en ellos y tuviesen que ceder sus asientos. Poco a poco, al contrario del concepto rousseauniano, positivo, que yo tenía acerca del individuo humano, comencé a sentir desprecio por la especie a la que yo mismo pertenecía. Que débiles somos me decía. Si no tenemos grandes necesidades podemos parecer hasta nobles; pero cuando los individuos se masifican empieza a salir el animal que llevamos dentro. Mi propio egoísmo es más importante que la necesidad de nuestro vecino. Todos tenemos nuestros propios problemas. Que cada cual cargue con los suyos que es más importante mi comodidad que la imperiosa necesidad de los otros. Sí, yo veía a los antes pasajeros, ahora clientes del metro madrileño, como cornejas escabulléndose, observando de reojo para como espermatozoide, que le fuera la vida en ello, conseguir entrar en el óvulo que le proporcionara algo más de tiempo para seguir viviendo, aunque fuera en otra forma; en este caso concreto como ser despreciable ruín y mísero.

No salía de mi asombro, tras las palabras pesarosas de Martín mi Amigo del alma; pero eso no fue lo peor, sino lo que vino después, tras terminar su relato. Aralba amigo, me dijo, lo peor de todo no es lo que yo viera en unos y en otros, en los demás, sino lo que pude observar en mí mismo, pues poco antes de terminar ese trabajo que tu me propusieras, antes de tu marcha, hice un ejercicio de voluntad como de salir de mi propio cuerpo, no ya para observar a los demás sino a mí mismo y lo que descubrí es lo que me ha cambiado y me ha convertido en un ser taciturno y triste. Comprobé que todas aquellas canallas que cometían los demás, sin darme cuenta, yo también las realizaba y tras aquella sensación extraña abandoné mi investigación en el metro y regresé a mi auto de siempre como quien intentara salvarse de no se qué.

Desde entonces, Aralba, el aprecio que tenía por el Ser humano, pensando que era un Ser bueno en esencia, se convirtió en una misantropía, desprecio, que ya no me ha abandonado. Sí, me dijo, desde entonces me he negado a volver a coger el metro y no lo haré aunque la vida me vaya en ello. Si mañana ocurriera un desastre, mis párpados no soltarían una sola lágrima por una Especie animal que no merece sobrevivir, incluido yo mismo.

Tras aquella conversación con Martín, quedé terriblemente apenado; pero sobre todas las cosas, agredido emocionalmente. Desde que tuvimos aquella última charla no hemos vuelto a vernos. Quizá no me sienta cómodo ante la presencia de alguien que mantiene un concepto tan negativo, respecto al Ser Humano. Yo, sin embargo sigo cogiendo el metro para viajar; pero no obstante, veo con otros ojos todo lo que acontece a mí alrededor y tengo que estar de acuerdo, con Martín, en algo y esa Cosa no es digna de mi respeto.

ARALBA

domingo, 11 de septiembre de 2011

Invocación mágica al Alma Gemela


Bajo los auspicios del Fratrer Platón

¡Alma Gemela, ven a mí!


Este dolor que constriñe mi corazón, no me deja vivir, pues vivir no es solo comer, beber, excretar, reproducir y que se yo…, incluso, como ahora, intentar construir un edificio con ladrillos de poesía.

Vivir, en mayúsculas, es aprender a morir

Poder morir al calor de tu regazo, cual miserable y oscura oruga dentro del cálido abrazo de su crisálida moribunda.

Solo tú, gemela mía, conoces el mensaje.


¿De que color es el caballo blanco de Santiago?

Mal que te pese, tu libertad no será completa hasta que, éste, tu humilde vasallo pose su lengua sobre tu empeine, limpiando cualquier impureza que este mundo te haya podido impregnar.

Veneno vital que necesita mi Alma…, que es la tuya para poder, ambos, evolucionar.

Tránsito que unos dicen infernal; pero yo, que es glorioso y conducente a la inmortalidad.

Yo, pareciendo libre no lo soy

Doliéndome un brazo, esa sensación produce opresión.

Eso me estorba, me digo, parece ajeno a mí.

Porque me duela el brazo ¿helo de cercenar?

Por el contrario deberé intentarlo curar; pero nunca separarlo de mí.

No, Amiga mía, Alma Gemela. Mi Alma no considera que a eso pueda llamárselo libertad.

¿De qué huimos? ¡Dímelo!

Esa carrera inconsciente… ¿Hacia donde nos conduce?

A dar vueltas y más vueltas, en la vida, como un par de locos que no se pueden encontrar.

Que bien lo retrata nuestro Hermano Michael Ende en su Espejo en el Espejo

Tú eres joven y buscas, con vehemencia, a tu otro Yo.

Ese es tu esfuerzo, durante el transcurrir de la Vida; pero ¡Ay!, cuando lo encuentras es un anciano irreconocible y te niegas a aceptar la evidencia.

Con posterioridad seré yo quien recorra ese mismo camino, buscando aquello que mi corazón siente y echa en falta. Igual que tú cuando lo halle retrocederé diciendo que estaba equivocado.

¡OH, Rueda Infernal! te ordeno e imploro que detengas tu perpetuo movimiento y que pareciera no tener final.

¡OH, Amada Tierra! párate y déjanos bajar, como dijera algún que otro viejo roquero.

Ya se acerca la hora, lo siento en mi Ser.

¡OH, Alma Gemela! ya nominada, yo te invoco para que las dos caras de una misma moneda podamos formar.

Las almas gemelas no son iguales, ni con gustos parecidos. Son complementarias y por ello diferentes. Sin embargo se necesitan mutuamente y no podrían, la una sin la otra, subsistir.

Así como el opuesto de Géminis es Sagitario, uno tiene lo que al otro le falta.


Dame la mano, Amiga mía, y bajémonos de este maldito tranvía.

El Tren celestial nos espera para que comencemos un larguísimo viaje hacia el Corazón de donde se originó todo. Allí, donde solo el Amor es la única Ley y donde la fraternidad universal sea viable.

Dame la mano, Amada mía, y unámonos en un ardoroso abrazo, que hasta las entrañas de la tierra haga temblar.

El Súper Hombre no es Uno sino Dos.

El Creador no es uno, ni tan siquiera dos. El Creador somos todos abrazados y fusionados por tan celestial Amor.

Ese es nuestro destino sagrado.

¡Alma Gemela, ven a mí!

Mi Fuerza eres tú y tu llanto mi debilidad.

¡Alma Gemela, ven a mí!

Tu triste corazón, ahora, es aplacado por el Amor del Profeta Samuel; pero debes saber que día llegará en el que cuenta te des que, tanto tú como yo, solo uno somos.


Pues ¿Qué podría hacer Shiva sin Kali?

Kali dicen que es una diosa tenebrosa. ¿Qué utilidad tendría la Luz de Shiva si el negro seno de su satki fuera infértil?

Sin la luz de Shiva, la fertilidad de la Diosa sería impotente.

Shiva es el Dador de luz, la energía

¿Qué necesidad habría del hambre de Kali por ella?

La que tenga oídos para oír que oiga.

El que tenga ojos para ver, que vea.

Regresa a mi, ¡Oh, amada mía!

Hace ya eones de tiempo que lloro por la pérdida de mi sombra o ¿Quizá sea yo la sombra de ella?

Si, soy Peter Pan el niño que un día perdiola y negándose a crecer la intenta recuperar.

Sol y Luna

Tierra y Mar

¡Oh, Gran Isis!, Luna deslumbrante y productora de mareas.

Kali, cuan grande y hermosa es tu terrorífica belleza.

Mar, María, madre de todo lo creado.


Devoradora de tus hijos eres en esta tu Gran Era. Shiva te llora amargamente y con egoísmo espera paciente ser decapitado.

Pues a este creador le falta el crisol donde su luz pudiera, con tan tremenda energía, crear sin al mismo tiempo destruir.

Yo, divinidad de los muchos brazos, te he enviado la fuerza de los ángeles para que te protejan en esa huida hacia una falsa libertad.


Es lógico que bajo tu férreo reinado, Señora, las hembras humanas hayan sabido recobrar su perdido protagonismo.

Hace ya, eones de tiempo, amada mía, que me encuentro como en diferentes cuevas que se encontraran como en una sola y donde la luz del día jamás ha penetrado.


Siento la tristeza del escorpión.

Siento la tristeza de la viuda negra.

Siento la tristeza de la mantis religiosa.

¿Qué poseerían sus machos después de  copular con sus amadas si después, a su suerte, son abandonados?

Devoradora mía.

Acaso ¿No quieres hacerme daño?

¿Por eso abandonas el barco al pairo, arrebatándome a nuestro hijo?

En la Naturaleza siempre, de un modo u otro, es la Hembra quien siempre devora al Macho.

Esa es la cópula mística de las almas gemelas.

El fuego del atanor devora el contenido del crisol y al unísono se devora asimismo para dar lugar al Oro de la Naturaleza Superior.

Quizá necesitemos de más experiencia en nuestro actual grado de existencia.

Quizá, este pretendido dios, necesite más palos para seguir aprendiendo aquello que tan tozudamente se niega a aceptar.

Lección de Humildad, quizá, como diría el padre Mendoza.



ARALBA

jueves, 8 de septiembre de 2011

Mirándose el Ombligo


- Mañana voy a Cuenca a ver a mis hermanos.


- A ver si en el trabajo me suben el sueldo.


- Hace mucho tiempo que no veo a mis hermanos.


- Trabajo demasiado y no me siento valorado.


- Les he comprado unos regalitos, seguro que les hará mucha ilusión.

- Lo que temo es que el Jefe me mande a freír espárragos. Todos son iguales.

- Tengo que ver a que hora sale el autobús, no quiero llegar demasiado tarde.


- Me entrenaré delante del espejo y no me hará bajar de la burra.


- ¿Me estás escuchando, que voy mañana a ver a mis hermanos?


- Ya se que lo mío no te interesa nada, vete a donde te parezca.

Esta es una conversación muy habitual, denominada de besugos, y que no genera debate alguno.Pareciera que con la Era de Internet esto estaba acabado, pero no es así.“Yo subo lo mío y el que quiera escucharme que lo haga y el que no que le den, pues no soy nada yo; por otro lado, yo a lo mío que soy el marqués de Tralará”De existir respuesta suele ser la siguiente:

- Hola colegui, me ha gustado mogollón, eres un grande.

Sigue así que me gusta mucho. “Joder que plasta”

Esto también se da, ya que por educación se trata de dar a entender que se ha leído lo expuesto en un determinado foro; pero la mayoría de las veces tan solo se habrán leído los primeros renglones y como mucho los últimos.

- Aquí os pongo lo que dice setanito, menganito y fulanita. Esta Foto es del magnífico fotógrafo tal pascual y los cuadros de Velázques cuando tenía cinco añitos de ná. Miradlo que majete es.Generalmente no existe respuesta a esos corta y pegas tan poco personales; pero sí muy instructivos. Posiblemente algo muy bueno, me ha gustado y poco más.

No sé si con eso somos capaces de engordar un poquito el ego. Personalmente pienso que ni para eso llega.Sí, he llegado a la conclusión de que Internet no es una gran biblioteca sino un inmenso arcón, basurero, sin fondo donde las cosas importantes que se intentan decir, van al mismo lugar que las intrascendentes. Quedan almacenadas, por sécula seculorum, hasta el día del juicio final en un mar de dígitos binarios.

Esto me recuerda:

- Mañana tienes que solicitarle a tu jefe un aumento de sueldo, no podemos seguir así.


- A ver cuando vas a ver a tus hermanos, hace tiempo que no sabes nada de ellos y tal y como están las cosas podríamos necesitar su ayuda.

- Ya es hora de que ese mal nacido te reconozca tu trabajo. Con eso no podemos pagar ni los libros del niño.

- Tu Hermana Manuela, creo que va a tener un hijo ¿no es así?


- Bueno, haz lo que quieras, de todos modos te va a decir que no y a lo mejor te toma tirria.


- Es cierto, haz lo que quieras, si no quieres ir no vayas, no vayan a pensar que les necesitamos de nuevo ¡Que vergüenza!

Vamos, que cada cual a su rolloDespierten de una puñetera vez, caray. Con el diálogo eleva uno el Espíritu.

Aralba

Este Cuento fue anteriormente publicado en Suburbios de la Razón:
http://suburbiosdelarazon.blogspot.com/2010/07/manana-voy-cuenca-ver-mis-hermanos.html#links

domingo, 4 de septiembre de 2011

El Espejo




Me dirijo al vestidor. No es la primera ni la última vez que tengo que coger algún calzado o prenda de vestir; pero hay una cosa que parece haber cambiado. Es como una sensación, porque hay un espejo que pareciera no haber estado nunca ahí; pero por otro lado, no entiendo como nunca lo eché de menos.¿Quién ha podido dejar ese espejo ahí, sobre el piso, sujeto por un pie retráctil? Siempre estuvo ese espejo ahí; pero nunca, hasta ahora, me he percatado de su existencia.Miro en su interior y, horror, eso no soy yo. 


No puedo ser yo. Alguien, con una elegancia indescriptible, me mira desde el otro lado. Intento leer en sus ojos y no me veo en ellos. Eso de ahí, no soy yo. Es solo un espejo de pié.Me muevo para comprobar mis temores; pero no hay forma. La imagen del espejo se mueve de forma sincronizada conmigo; pero yo sé que ese reflejo no soy yo. Si no soy yo ¿Quién pudiera ser entonces?Intento olvidarme de esa sensación tan extraña y cojo una camisa que ponerme. 




Según me voy vistiendo contemplo como el reflejo del espejo repite mis mismos movimientos; pero yo sé que ese no soy yo, me consta. El calzado es del mismo color marrón, los vaqueros son azul marino y lo más extraño de todo los calcetines blancos; pero si yo nunca he usado calcetines blancos de algodón. Me miro y “vualá” también son blancos los calcetines que me estoy poniendo.Intento obviar al dichoso espejo y me retiro. Curiosamente, el reflejo hace lo propio y desaparece. 


Lo cierto es que no sé si ha desaparecido o no porque no tengo opción de comprobarlo. Me vuelvo a acercar para comprobar que se ha ido; pero al mirar en su interior compruebo como el maldito reflejo sigue ahí y me vuelve a mirar. Eso no puede ser, esos ojos no son míos. Esa mirada fría y calculadora no puede ser la mía. Sí, seguro, es la de otro que me ha tendido una trampa.Hace unos días ese espejo no estaba ahí en el vestidor; por lo menos yo no tengo constancia de haberlo usado anteriormente. Además, yo vivo solo en esta casa y nadie tiene llave más que yo. 


Solo yo pude poner ese artefacto en el vestidor. Solo yo puedo ser el conspirador; pero ¿porqué, conspiro contra mí mismo? Nada tiene sentido. Nadie conspira contra sí mismo. Además ¿Qué motivo tendría para poder conspirar contra mí?Cojo una bolsa de la basura, de esas que se utilizan en las comunidades, bastante mayor que las normales y meto dentro el espejo. No sé es como si me diese mala espina. No puedo ver al ser que me mira desde su interior y que sé verdaderamente que no se trata de mí. 


Cuando tenga un rato bajaré a tirarlo a la basura. Ahora tengo que irme al trabajo, cuando regrese lo haré.¿Dónde está la bolsa con el espejo dentro? Acabo de regresar del trabajo y me preparaba a bajar el espejo que envolví en la bolsa de la basura; pero ya no se encuentra ahí. Si nadie tiene llave de la casa, es que me han robado; pero miro por todas partes y no echo en falta nada salvo el maldito espejo. Ya no me queda ninguna duda de que tengo que ir al médico de familia y que me mande al psiquiatra. 




Lo que está sucediendo no está nada bien. Un espejo que no debía de estar, luego si está y luego deja de estar. Si nadie está jugando conmigo, entonces soy yo quien estoy jugando conmigo mismo. Sí, eso es, necesito un psiquiatra; pero iré mañana. Ahora tengo que acostarme y descansar un poco. 


Ha sido un día de mucho calor.Me dirijo al vestidor para, como de costumbre, vestirme y lo primero que hago es mirarme en mi espejo de toda la vida. Me veo más guapo que nunca. Nunca me ha traicionado este espejo de plata tan bien realizado. 


Me calzo y después de ponerme la camisa coloco la corbata sobre el cuello de la camisa. Un nudo para acá y otro para allá. Una vuelta para acá y otra para allá. Nunca hubiese podido ponerme la corbata sin la ayuda de mi apreciado espejo y que me regalara mi madre. Ahora debo volver al trabajo y espero que, cuando regrese, el espejo siga ahí. Tonterías, porqué no va a seguir ahí, me digo.  


ARALBA






Este Cuento fue publicado con anterioridad en Suburbios de la Razón: http://suburbiosdelarazon.blogspot.com/2010/09/el-espejo.html#links