miércoles, 31 de agosto de 2011

Paisaje de otro mundo




 Sentado boca abajo podía contemplar cómo las aguas del río se elevaban con una gran corriente. Los peces multicolores intentaban, nadando contra la corriente, bajar hasta el origen de aquella fuerte energía: el mar.

Los árboles hundían sus raíces en el espeso aire y sus rojizas copas nadaban, mecidas por un fuerte viento, sobre las azules tierras de Lazcaín, a menos de medio palmo.

Llorar en Lazcaín, suponía tragar una importante cantidad de la atmósfera planetaria. Pobre tonto, pensaba, viendo a los animales del planeta revolverse, como en un torbellino, hasta caer, por propia inercia,  en las fauces abiertas de los depredadores.

Cada vez que intentaba incorporarme, la fuerza de gravedad de la espesa atmósfera cargaba sobre mi cuerpo venciéndolo hasta volver a caer sentado boca abajo. Parecía un disparate ver a todo bicho viviente tumbado, reclinado, dejándose mecer por un viento de arena azul.

Lazcaín poseía tres soles y doscientas lunas. El efecto contra-gravitatorio era impresionante y parecía que se encontrase uno en una especie de atracción de feria mecanizada. Ir boca abajo, caminado suavemente mecido sobre el aire, si así podía llamarse, y a menos de un palmo de la azulada tierra de Lazcaín.

Los gusanos azules de Lazcaín penetraban por todos lados; pero aunque terminaban inundando las entrañas de todo ser vivo, nunca hacían daño. Su curiosidad les hacía penetrar por los lagrimales, los oídos, la boca y otros orificios no tan nombrables; pero nunca desgarraban y terminaban saliendo devolviendo sólo agrado.

Al comienzo de la colonización de Lazcaín, los colonos veníamos uniformados con escafandras autónomas y herméticas, pero pronto comprendimos que ello era innecesario. El planeta, siempre amable, se te metía por todas partes, hasta convertirte en uno con él mismo. Los gusanos se introducían en tu interior y te hacían cosquillas mientras investigaban a aquellos seres desconocidos, que éramos nosotros, venidos de otro mundo. Luego perdían todo interés y se largaban dejándote imbuido de una gran pena por no tener su compañía.

Lazcaín era un planeta hueco y transparente donde era muy difícil conocer dónde estaba el arriba y dónde el abajo. Era tan placentera la estancia en Lazcaín, que era casi imposible conocer si lo que sucedía estaba ocurriendo de veras o sólo era una fantasía, una ensoñación.

Las transparentes montañas parecían querer desprenderse y aplastarte; pero esa impresión duraba un breve instante. A poco que estuviese uno en contacto con el planeta, se perdía cualquier tipo de miedo. Las montañas, como medusas, se restregaban por los cuerpos de los colonos, pero nunca les hacían daño. Era imposible que alguna vez pudiéramos alcanzar el suelo aunque sólo se encontrase a medio palmo.

Los depredadores después de haberse comido a sus presas las vomitaban más bellas que nunca. La vida resurgía sublime y maravillosa de aquellas fauces que estaban siempre abiertas de par en par, esperando que los incautos las atravesaran. Todo el mundo quería ser devorado. Todos querían renacer más hermosos de lo que habían sido nunca hasta entonces.

Pero como lo bueno suele durar poco, Lazcaín, con sus lunas y soles, un buen día desapareció de nuestro Universo. Los astrofísicos dijeron que aquel planeta incumplía todas las leyes conocidas o por conocer y que por lo tanto no podía pertenecer a nuestro Universo. Los que se atrevían a especular, decían que podía haber sido escupido por un agujero de gusano desde otra dimensión: una especie de campo de fuerza habría impedido que se desintegrara en nuestro Universo, y ahora había sido vuelto a absorber por el invisible agujero cósmico.

Desde entonces, no habíamos sabido nada más de los colonos que se habían esfumado junto con tan extraño planeta, pero lo cierto era que a quienes llegamos a conocerlo, y después lo perdimos, nos quedó una sensación como de orfandad pues, aunque por breve tiempo, nos habíamos sentido uno con el planeta y todos sus seres, vivos o inanimados.

Lazcaín ya sólo moraba en los sueños de algunos de los que lo conocimos.



Aralba

domingo, 28 de agosto de 2011

Glosario “El Continuo” ngc 3660 (Nada es lo que parece)





(Capítulos del 1 al 5)

AED: Agencia Estadounidense para la defensa.
ALIENÍGENAS-ORNAMENTALES: Aquellos miembros de cualquiera raza
alienígena, capturados y llevados a tiendas del planeta Ilidia para ser vendidos
posteriormente como mascotas a los ilidianos.
BANDAPANTALLAS: Pantallas en forma de largas y estrechas bandas
instaladas, entre otros sitios, en los escaparates donde los alienígenasornamentales
están siendo exhibidos. Éstos se distraen con las imágenes que
éstas muestran mientras se les permite.
BODA-CORONACIÓN: Boda y posterior coronación que tiene lugar tras la
muerte del Rey. En ella contraen matrimonio y sustentan la corona del planeta
Ilidia, Javel, primogénito del Rey, y Lussa, la elegida del príncipe hasta ese
momento.
BORLASTRITAS: Raza que junto a la handromita comparte el planeta
Shagran. Se trata de gente bastante más avanzada tecnológicamente que sus
vecinos los handromitas, y también más agresiva. A pesar de su agresividad,
viven en perfecta simbiosis con los handromitas, y mientras éstos primeros
representarían al espíritu, los borlastritas equivaldrían a la materia.
CASCO BIOTRANSFERENTE: “Casco craneal” que se utiliza para transferir el
cerebro (neuronas incluidas) de la humana Laura a la ilidiana Lussa.
CAZADORES ILIDIANOS: Aquellos ilidianos que se encargan de ir de planeta
en planeta raptando y recolectando a otros alienígenas. Éstos últimos
terminarán convirtiéndose en alienígenas-ornamentales y puestos a la venta en
el planeta Ilidia.
CASTING OTC (Operación Triunfo Celestial): Subterfugio televisivo mediante
el cual la Diva Lussa engaña al pueblo de la Tierra, mientras elige a los
mejores especimenes humanos y más tarde se les sumerge en contenedores
orbitales.
CICLO DE INHIBICIÓN: Ciclo mediante el cual la mente de Laura se vuelve a
hacer con el control de la de Lussa (cuando ambas mentes son una sola). Para
provocar este ciclo, Tanja, Hans y Joost, que son quienes lo promueven, se
ven inmersos en un tremendo desbarajuste para, en un primer lugar,
desenmascarar a la Diva Lusa delante de las cámaras de televisión.
CITÁR: Uno de los dos satélites de Ilidia. Se trata de un gigante gaseoso
rodeado de un anillo multicolor compuesto de roca y hielo.
CONTENEDOR ENERGÉTICO: Dispositivo mediante el cual se inmoviliza por
completo el cuerpo de un i ndividuo. Éste se compone de una plataforma inferior
y de otra, mayor que la primera, colocada sobre su vertical. El primer
contenedor energético utilizado en el sistema solar, inmoviliza y tortura el
cuerpo del handromita Tanja.
CONTENEDORES ESTACIONARIOS: Contenedores donde los ilidianos
introducen a los humanos tras haber decidido que éstos son aptos para sus
futuras colecciones. Aquí los preservan de posibles accidentes hasta que
llegue el momento de trasladarlos a Iridia. Eso sí, antes de introducirlos en los
susodichos contenedores, el cuerpo de los humanos es manipulado por una
hormona sintética que detiene la mayoría de los procesos metabólicos. (Ver
también “hormona sintética”).
COMPUTADORA DRAGYANA: Artefacto producto de la altísima tecnología
dragyana que es usado para la transferencia mental/cerebral de Laura, hacia
una porción de memoria de Lussa la ilidiana.
CORTE CELESTIAL: Todos aquellos humanos que acuden a cada uno de los
casting de OTC.
DESATOMIZADOR: Arma ilidiana que carboniza el cuerpo del ser atacado. Por
lo que se ha descrito hasta el momento, éste cuenta con cañón ovoide y
percutor.
DISPOSITIVO DE LONGITUD DE ONDA PRECISA: Dispositivo que Tanja
fabrica para que tanto Hans como Joost, procuren desenmascarar a Lussa
durante el que será el último casting. Este dispositivo, con la longitud de onda
precisa, facilitará que la barrera de control mental impuesta por Lussa a Laura,
se debilite, y Tanja pueda acceder a la mente de la humana Laura. Éste es el
único modo de que Laura, utilizando después sus conocimientos en
psicodefensa, se libere de una vez por todas del control mental de Lussa.
DRAGYA: Planeta de los dragyanos.
DRAGYANOS: Reptiles humanoides que odian y quieren hacer desaparecer a
la raza humana.
ELIXIR: Especie de pócima rosácea que se le intenta dar a Laura, para
tranquilizarla y preparar de un modo más cómodo su cerebro para la
transfusión tanto de pensamientos como de materia.
FUERZAS REALES: Soldados ilidianos encargados del bienestar de su
realeza, en primer lugar, y del resto de los ilidianos y de los intereses de éstos
en último término.
GÁRRET: Uno de los dos satélites de Ilidia. El más insignificante de ambos,
parecido a la Luna.
GENERAL KARDHAJOR: de raza dragyana. Es el comandante en jefe de la
flota dragyana enviada a la Tierra para invadir ésta.
HANDROMITAS: Raza que junto a la borlastrita comparte el planeta Shagran.
Los handromitas son gente mitad pájaro mitad cabra. Individuos pacíficos,
místicos y mentaloidos. Además de compartir Shagran con los borlastritas,
viven en perfecta simbiosis materia-espíritu, por lo tanto ellos serían el espíritu
y los borlastritas la materia.
HANS: Experto en tecnología electrónica de altas frecuencias. Es muy vital y
carismático. Intuye que algo extraño está ocurriendo. Desconfía de la Divina
Lussa, de sus motivos para tan mediático programa, y sobre todo de sus
ocultos fines. Amigo de Joost y aliado junto a éste otro de Tanja.
HELEN: Novia de Hans que fue captada por la Secta de Lussa, la mal llamada
OTC. Hasta la aparición en escena de Hans han transcurrido seis semanas de
su desaparición.
HORMONA SINTÉTICA: Esta es la que se le suministra a los humanos
elegidos tras los casting del programa televisivo OTC. Dicha hormona detiene
todos los procesos del organismo, evitando así posibles fallos metabólicos o
incluso su deterioro (ver además contenedores orbitales).
ILIDIA: Planeta Ilidia. Allí donde comienza la historia (El continuo).
JANIR: Handromita perteneciente a la Orden de los Mayores Ocultos (ver
Orden de los Mayores Ocultos). Estrecho colaborador de Tanja.
JAVEL: Es el príncipe de ilidia, coronado Rey después de haber contraído
matrimonio con Lussa. Pretende atraer la confianza perdida de su pueblo
invadiendo la Tierra, y proporcionándoles ingentes cantidades de mascotas
humanas, debidamente seleccionadas, además de un nuevo hogar donde
seguir con su rutinario hobbie.
JOOR: Sol de Ilidia.
JOOST: Habitante, jovencito, de la Haya en la Tierra. Es solicitado por la
Entidad Tanja, para que lo ayude a despertar a la Humanidad de una invasión
invisible que se ha producido recientemente por la alianza de dos razas
alienígenas; de las que no puede ser descubierta su verdadera naturaleza , ya
que su imagen es cambiada en apariencia humana por medio de la hipnosis
colectiva que provoca, en los humanos, la poderosa Lussa y sus hermanos de
Ilidia. Dichos extraterrestres utilizan un famoso programa de masas (Operación
Triunfo Celestial) para atraer hacia ella los mejores especímenes de la
humanidad, con el objeto de ser transformados en las mejores mascotas de
Ilidia.
JOSEPH L. SHOEMAKER: Presidente de los Estados Unidos de América.
KANIRH: Dragyano humanoide, de características reptilianas. Esta especie
está emparentada con los extintos rayptros que habitaron la Tierra en los
albores del nacimiento de la raza humana. Estando los dragyanos convencidos
de que fue la especie humana la culpable de la extinción de sus primos,
mantienen hacia esa especie de mamíferos un rencor enfermizo. Kanirh es un
individuo muy peculiar, donde la conspiración es una de las mayores virtudes.
Proporciona a Javel, de Ilidia, la tecnología necesaria para que Lussa absorba
la mente de Laura. También proporciona, al reciente Rey Ilidiano, un ejército
de dragyanos para invadir la Tierra. En el acuerdo entre Javel y Kanirh, los
humanos más perfectos engrosarán las filas de mascotas de los habitantes de
Ilidia.
LAURA: Es una humana de tan solo veinte años con unas cualidades muy
especiales. Estudiante de Bellas Artes, muy delgada y con el pelo castaño. Es
elegida por Javel para ser utilizada su información cerebral en provecho propio
a la hora de conquistar la Tierra y a los terrestres. Tiene como principal amigo a
Tanja, el handromita, que al mismo tiempo utiliza su cercanía para potenciar
sus características de superioridad mental. Su cuerpo es “destruido” al ser
absorbida su información mental por Lussa la esposa del Rey Javel.
LINIER (MAESTRO MAYOR): (Véase primeramente Tanja). Linier/Tanja, en la
Tierra fue denominado Lucifer (dada su anatomía, fue confundido con un
demonio), y de otras muchas maneras. Es el Maestro Mayor de la Orden de los
Mayores ocultos, él es quien los guía (Ver La Orden de los Mayores Ocultos), y
quien elige a “Sin nombre” para que éste capitanee a los ejércitos que
combatirán contra los enemigos de la Tierra y Shagran, entre otros planetas...
LUSSA: Poderosa humanoide Ilidiana, elegida por Javel para ser su esposa
(actualmente reina del planeta Ilidia junto a Javel) y contener todo el
conocimiento de la mente de la humana Laura.
MANIEL: Pretor de Ilidia. También pertenece a la orden de los “Mayores
ocultos” (ver “Mayores ocultos”).
MAYORES OCULTOS (LA ORDEN DE LOS): Maestros, guardianes de las
larvas de su propia especie, entre otras ocupaciones… Viven en simbiosis junto
a los borlastritas en el planeta Shagran. Pertenecen a la raza handromita, salvo
el Pretor Maniel, que pertenece a la raza Ilidiana.
MONARCA ALIENÍGENA: Así llaman los dragyanos al Rey de Ilidia, Javel.
OPERACIÓN TRIUNFO CELESTIAL (OTC): Programa de televisión que no es
sino una coartada. Lussa es su presentadora, y en él, se van eligiendo los
mejores especimenes humanos sin que estos sepan cuál es el auténtico fin.
Los humanos se presenta de manera voluntaria, sin saber qué les espera
exactamente, sólo que si son los elegidos podrán “subir a los cielos” rodeados
de gloria.
PACTO ENTRE KANIHR Y JAVEL: Kanihr le ofrece a Javel la tecnología
necesaria para trasladar la mente de Laura a la de Lussa, y además le sugiere
cómo volver a ganarse a su pueblo. Javel, agradecido, le ofrece no sólo la
libertad de todos los de su raza (aquellos que como él, y el resto de razas
alienígenas que pueblan Ilidia, fueron capturados y vendidos, o pretendían
serlo, como alienígenas-ornamentales), sino el poder viajar con él a la Tierra
para poder contemplar ver in situ cómo se hacen con ella, y lo más importante,
quedarse con todos aquellos humanos desechados por los ilidianos.
PEACEFUL: General norteamericano encargado de coordinar las tropas de la
OTAN en La Haya.
PLAN INICIAL DE LA NUEVA MONARQUÍA ILIDIANA: Para recuperar la
confianza de su pueblo, Javel, el nuevo Rey, y Lussa, la nueva reina con la
mente de la humana Laura en el interior de su propio cerebro, pretenden viajar
hasta la Tierra. Una vez en órbita sobre el planeta azul, y con todos los
conocimientos y creencias de la humana, pretenden granjearse la confianza de
los humanos para poder invadirlos de una manera poco agresiva. De esta
forma, podrán hacerse tanto con el planeta como con sus habitantes; pudiendo
poseer al primero para habitarlo y continuar cómodamente con su actual modo
de vida, y de los segundos, conseguiran poseer a aquellos ejemplares más
“lustrosos” y deshacerse, por medio de la raza Dragyana, del resto.
PSICODEFENSA PERSONAL: Técnica de defensa personal cuya arma
principal es la propia psique. Ésta, no sólo permite al que la domina
mantenerse alerta incluso cuando duerme, sino mantener alejados (hasta cierto
punto) a aquellos posibles enemigos o peligros tan solo con los pensamientos.
PUEBLO ILIDIANO: Son los habitantes de un Imperio galáctico muy avanzado
en el ámbito mental, con una imponente cavidad craneal, en comparación con
otras razas humanoides y que les permite la manipulación pacífica de sus
antagonistas inferiores. Son coleccionistas de mascotas alienígenas, a las que
cuidan con esmero y no poseen tendencias agresivas, de forma natural. Parece
ser que la tecnología no es su fuerte. Su intento de ser progresistas les
conduce hacia la República; pero siempre hay quienes por mantener algún tipo
de privilegio prefieren un Estado monárquico.
RAYPTROS: Primos de los dragyanos y pobladores de la Tierra (en tiempos
pretéritos) junto a los humanos. Dado que los rayptros no evolucionaron
tecnológicamente y no eran una raza demasiado inteligente, terminaron por
extinguirse y la raza humana fue quien evolucionó hasta convertirse en lo que
hoy en día es.
RECOLECTADOS: Todos aquellos humanos que son seleccionados por la
Diva Lussa y sus colaboradores, en el programa mediático OTC, para ser
convertidos en sus más caras mascotas. Se encuentran en contenedores
orbitales, debidamente camuflados en órbita de la Tierra y en estado de
éxtasis, a la espera de la completa recolección para ser enviados a Ilidia. El
resto de seres humanos serían dejados en manos de los terribles dragyanos.
ROBOTS CUIDADORES: Construidos con la intención de que cuiden, de la
mejor manera posible, de los especimenes zoológicos que conforman las
mascotas del Pueblo Ilidiano.
ROBOTS DE COMPAÑÍA: Construidos con la intención de que cuiden de los
habitantes de Ilidia, de que les sirvan en todo. Éstos suelen ser diseñados con
las misma apariencia que sus dueños.
SHAGRAN: Planeta compartido por dos razas diferentes; los handromitas y los
borlastritas. Antiguo hogar de Tanja. Allí tiene lugar la fabricación de ejércitos
de robots y cyborgs.
SIN NOMBRE: Humano elegido por Linier para capitanear las tropas que
derrotarán a los dragyanos.
TANJA: Handromita. Esa raza que en apariencia está entre el pájaro y el
cabritillo, y que a nivel mental es tremendamente poderosa. Tanja era un
maestro de doctrinas, mostraba la historia natural de su pueblo en un lugar
apartado de Shagran, cuando fue capturado por los cazadores ilidianos. En el
comienzo de nuestra historia (El continuo), se arrima a la humana Laura con el
fin de protegerla primero y de que lleve después a buen fin la labor que ella
misma desconoce. Una vez le apartan de ella, entra en contacto con Joost y
Hans…
ZANJA: Handromita perteneciente a la Orden de los Mayores Ocultos (ver
Orden de los Mayores Ocultos). Estrecho colaborador de Tanja.


Recopilado por Aralba


Esta Obra fue originalmente ideada por Pilar Barba http://www.ngc3660.es/index.php?option=com_content&view=article&id=455:pily-b&catid=35:colaboradores&Itemid=159 y en la cual tuvimos el honor de participar diversos autores. http://www.ngc3660.es/ngc/elcontinuo/index.htm

Nada es lo que parece


Sus ojos se encontraban en blanco. Su masacrada faz presentaba la relajación propia de la impotencia ante la tortura a la que lo habían sometido sus captores. Su labio inferior presentaba cuatro perforaciones de las que manaban sendos hilillos de sangre semi coagulada al contacto con el fétido aire de la cerrada estancia.

***

—Joost, Hans, este es vuestro momento de gloria, aprovecharlo bien. Ahora debo de marchar para asistir a alguien que me necesita —dijo Tanja, el handromita, mientras sus compañeros lo miraban con perplejidad.

—¡Cómo nos vas a dejar! —Protestó Hans—, ¿qué va a ser de nosotros, cómo saldrás de aquí?

—No debéis de temer nada —contestó Tanja mostrando su siempre afable rostro—, en todo momento sabréis lo que tenéis que hacer. De un modo u otro siempre estaré con vosotros, a vuestro lado.

Ante los atónitos ojos de los dos amigos, sin haber contestado alguna parte de las preguntas de Hans, la imagen de aquel extraño y pequeño alienígena se esfumó envuelto en una lluvia de luz multicolor.

***

La imagen de aquel maltrecho despojo de humanidad, era la representación más contundente del dolor máximo que puede soportar un Ser Humano. En un brevísimo instante de lucidez, entornó sus cerrados ojos y pudo contemplar una extraña sombra que se cernía frente a él. Una estirada forma alada y coronada por una cornamenta, sus patas parecían de cabra. “El Diablo, Sí, el Señor de las Tinieblas” —pensó— “Viene a por mi preciada Alma”

***

—No os mováis repugnantes humanos, o abriremos fuego contra vuestros miserables y rosados cuerpos —espetó un soldado dragyano, mientras apuntaba con su rifle de luz a las figuras de Hans y Joost.

Los dos amigos permanecieron impasibles, como si no fuera con ellos.

Recordaban las reconfortantes palabras del misterioso Tanja. “No temáis nada, sabréis qué hacer en todo momento”

***

Por su mente, ahora lúcida, pasaban las imágenes de un tiempo, cercano a esta, su ahora, lamentable situación. Esa lucidez, no obstante, no le alcanzaba para recordar el nombre que sí sabía que tenía. Sólo recordaba que se encontraba en algún lugar de la montaña pasando unos días de vacaciones en compañía de su novia y de algunos amigos con sus respectivas parejas.

***

—¿Estos son los polizones? —Preguntó Kanirh, mientras señalaba con sus dedos de reptil a los humanos capturados en el interior del navío dragyano. Tomó su desintegrador y disparó contra el Capitán de la guardia—. Todo el mundo sabe que no hay nada, en el cosmos, que más odie que la ineptitud y la incompetencia. Eso sólo es propio de criaturas tan nauseabundas como los malolientes mamíferos — carraspeó.

El miedo se reflejó en el rostro de las criaturas humanas.

—¿Qué hacéis aquí? —Preguntó el dragyano, mientras miraba la mancha oscura que había dejado, en el suelo, el ahora inexistente cuerpo del Capitán de la guardia—, hablar ahora o disparo.

—Venimos a rescatar a mi amiga Helen —dijo Hans, sin perder la compostura y haciendo de tripas corazón. No supo qué decir y se lo ocurrió que la verdad podría ser la opción más acertada. Kanirh, dirigió su horrible rostro hacia el tembloroso Host, en actitud interrogativa como esperando algún tipo de respuesta.

—Eeeso, síí, eso es —tembló la voz de Joost—, venimos a rescatar a Helen.

Kanirh carcajeó. El resto de dragyanos imitaron su hilarante acción y pronto se transformó en una especie de concierto de extraños ruidos surgidos de sus reptilescas gargantas. Ante esa incomprensible situación, para los jóvenes humanos, sólo cabía la posibilidad de acompañar con sus propias risas, a los guturales sonidos de sus agresivos anfitriones.

Pasado un corto espacio de tiempo, Kanirh dejó de reír. Sus subordinados hicieron lo propio y el silencio más sepulcral se instaló en aquel espectáculo.

—Llévenlos a las mazmorras —ordenó el dragyano—, junto a los prisioneros de Ilidia. Ya pensaré lo que hacemos con ellos. Quizá nos demos un aperitivo con sus magras carnes; mientras tanto, que los reyes alienígenas disfruten, por un corto espacio de tiempo, de sus nuevas mascotas.

Los jóvenes fueron escoltados por soldados dragyanos. Mientras tanto, por sus mentes resonaban las dulces y agudas palabras de un pájaro con apariencia de cabritillo “No os preocupéis de nada, de un modo u otro, estaré a vuestro lado en las peores circunstancias”.

***

Sí, cierto, era un bello pueblo de montaña. El verdor de las laderas era propio de una lluviosa primavera. Esa belleza era sólo comparable, con la exquisita actitud hacia los forasteros, por parte de los lugareños. Sus coloridas casas de ladrillo rojo parecían el séquito de una antigua torre medieval, donde hace siglos debía de haberse instalado el campanario de una pequeña iglesia visigoda. En esas casas, dignas del país élfico de Magonia, la parte inferior era reservada para almacenar el grano o como establo para los animales, mientras que la parte alta estaba destinada como hábitat de sus moradores. Por último, un cuartelillo de la guardia civil daba cierta seguridad a quien, como ellos, por allí veraneaban.

—Es costumbre nuestra —dijo el alcalde con su sonriente rostro—, agasajar a los pocos visitantes que nos honran con su presencia.

—Estaremos encantados de ser sus invitados —alguno de los turistas dijo cortésmente.

Les llevaron por una sinuosa senda cargada de florecillas olorosas y de vívidos colores, hasta alejarles unos cientos de metros del centro de la aldea. Aún se podía contemplar la pared trasera del cuartelillo con sus ventanas enrejadas.


Realmente la seguridad parecía una de las compañeras más fieles de aquellos amigos y de sus amables anfitriones.

Llegaron ante una amplia, más que casa nave, cuyo tejado plano, extrañamente, estaba desposeído de teja alguna.

—Ahora les enseñaremos el lugar donde recibimos a nuestros más queridos visitantes —dijo la esposa del alcalde.

Les hicieron entrar en un pequeñísimo aunque confortable recinto. Estaba bellamente amueblado y sus asientos eran de una comodidad, ciertamente, sobrenatural.

—Siéntense por donde puedan —les mostró su rostro de decepción el sargento José—, creo que hemos olvidado la llave del interior, perdonen este despiste.

Ante aquellas personas se mostraba una gran puerta, de pino macizo barnizado. Tan impenetrable y cerrada como un muro de hormigón técnico.

Sus acompañantes salieron de la estancia dejándolos allí solos. Notaron cómo la puerta era cerrada con llave; pero en principio no supieron calibrar la importancia de aquella acción.

***

Joost y Hans habían sido encerrados en una oscura estancia. Al fondo podían oírse pequeños ruidos, primero y voces después, que les dieron la certeza de no encontrarse solos allí.

—Javel, parece que los dragyanos nos han traído compañía —parecía una voz femenina.

Pronto los ojos de la pareja de humanos se fueron adaptando a la poca luminosidad de aquel lugar y pudieron contemplar, con sorpresa, las majestuosas figuras de dos gigantes coronados por unas abultadas cabezas cargadas de rugosidades arteriales y nerviosas.

—No nos hagan daño, por favor, somos prisioneros de los dragyanos —dijo Hans.

—Eso resulta evidente, amiguitos —dijo con su dulce voz, la que parecía ser la hembra—, me llamo Laura y este es el payaso de Javel.

—¿Laura? —Protestó disgustado su compañero mostrando verdadera extrañeza en su expresión.

—Para ti soy Lussa, estúpido —sonó la voz de la Señora con un acento diferente, más metálico.

Tanto Hans como Joost se pusieron a temblar cuando escucharon aquel nombre, Lussa la Diva, aunque en un cuerpo extraño y alienígena no el postizo humanoide que sí conocían.

Laura comprendió que aquellos muchachos terrestres tuvieran aprensión hacia el nombre de su afitriona; pero hizo uso de las técnicas persuasivas que le había enseñado su maestro Tanja para destruir cualquier posible temor.

—¿Cómo habéis llegado hasta aquí? —Interrogó la mujer ilidiana una vez salvada, mentalmente, aquella pequeña complicación.

—Venimos a rescatar a la novia de Hans —contestó Joost, mientras dirigía su escrutadora mirada hacia su compañero de calamidades.

—Buen rescate ha sido este —dijo irónicamente Javel, todavía aturdido por la intervención psíquica de Tanja—, ahora formaréis parte del almuerzo de estos insaciables carnívoros. Gracias al cielo que los ilidianos somos venenosos para su sistema digestivo.

—¡Cállate estúpido Rey de pacotilla! —Dijo Lussa—, mira hasta dónde nos has traído por confiarte de una estúpida mascota dragyana.

—El Prelado de Ilidia y sus tropas, escanearán nuestra presencia aquí y vendrán a rescatarnos. No te preocupes Lussa —dijo Javel.

—Llámame Laura, maldito imbécil. Tu amada Lussa está en estos momentos descansando y planeando cómo vamos a salir de aquí. No la importunes más.

Joost y Hans cruzaron sus miradas, como extrañados, por la actitud de aquellos alienígenas que parecían estar locos de atar.

***

Ante ellos se abrió, inesperadamente, la puerta interior de pino y lo que encontraron sus ojos, allí dentro, les erizó el cabello de puro terror.

La mugre era omnipresente en una única y enorme estancia sólo habitada por enormes y gigantescos pilares que parecían perderse en el insondable y negro tejado. El olor era rancio como de carne chamuscada y sangre putrefacta. El miedo, el terror y el pánico se apoderaron de todos y cada uno de aquellos ingenuos visitantes.

Algunos chillaron, otros se abalanzaron contra las puertas con la vana intención de derribarlas. Una puerta, como surgida de la nada, se abrió y entraron algunos de los habitantes del pueblo, que les habían acompañado tan amablemente hacia este lugar, así como otros que no conocían de nada. Sus rostros mostraban una extraña alegría. Por algunos de los forasteros pudo pasar la idea de una simple aunque macabra broma.

—No temáis nada —alguien dijo—, sólo queremos que juguéis con nosotros un ratito. Nos lo pasaremos de campeonato —mientras miraba con complicidad hacia el resto de sus camaradas.

Nuestros anfitriones iban semidesnudos, tan solo vestidos con mandiles verdes y negros. Mandiles que podían verse en los mercados de las ciudades.

Mandiles mugrientos y repulsivos como de llevar mucho tiempo sin ser lavados.

Sobre algunas de la paredes podían verse ganchos de acero manchados de sangre.

Eran, sí, eran mandiles de carnicero.

No sé si realmente hablamos algo con aquellos paisanos; pero sé que mis amigos fueron saliendo de uno en uno hasta quedar yo solo en aquel siniestro lugar.

El silencio era mi compañero. No, miento, también estaba la fetidez propia de un insano matadero.

Al cabo de algún tiempo fueron regresando todos y cada uno de mis compañeros; pero ya no parecían ser los mismos. Eran incapaces de reconocerme y su comportamiento era como de animales. Sus ojos parecían como idos y sus cuerpos parecían haber sido sometidos a tortura y vejaciones.

De repente, me fijé en un pequeño detalle que hasta ese instante me había pasado desapercibido. Todos tenían afeitada la sien izquierda y un hilillo de sangre parecía brotar de un diminuto y negro orificio del tamaño de la cabeza de un alfiler.

Aquellos seres, mis amigos, se pusieron a jugar como sonámbulos, hasta que cayeron en la cuenta de que yo me encontraba allí.

***

Mientras Hans intentaba tomar confianza con Javel, Joost hizo lo propio con Lussa, o Laura como así quería ser llamada. No tardando mucho, una corriente de simpatía se estableció entre el muchacho y la soberana alienígena.

—No debéis de preocuparos, ni tú ni tu amigo Hans —dijo Laura, el torpe de Javel y Lussa hallarán a vuestra amiga Helen y os protegerán de esos asquerosos reptiles, que han alcanzado la inteligencia antes de estar preparados para hacer buen uso de ella.

—Los dragyanos están seguros de tenernos sometidos —continuó la alienígena—, al encontrarnos encerrados por estas paredes y el campo de fuerza; pero están muy equivocados. Por mi maestro Ta nja sé que...

Joost interrumpió, mostrando alegría.

—¿Conoces a Tanja, cómo se encuentra, dónde está ahora? —Preguntó el joven humano.

—Por supuesto que conozco a mi Maestro —respondió Laura—, y os aseguro que se destruiría el Universo antes de que Tanja permitiese que nos hiciesen daño, incluida esta cosa que tengo a mi lado —dijo, señalando al rey Javel.

—Ah se me olvidaba —continuó—, como habéis podido comprobar tú y tu amigo, Tanja posee unas cualidades muy peculiares. Posee poderes psíquicos impresionantes. Tiene la virtud de la telepatía; pero también de la telequinésia y del teletransporte. Él se encuentra bien, y esté donde esté podremos tenerlo, en un instante, aquí con nosotros si él comprendiera que lo necesitamos con urgencia.

—Ese maldito bichejo —interrumpió Javel—, fue destruido con mi desatomizador. En realidad, jamás entenderé por qué me comporté como lo hice. De forma tan violenta y ajena al carácter ilidiano, con una de mis mascotas preferidas.

—Cállate estúpido reyezuelo. Tú no conoces el poder de mi amigo y maestro el handromita. Estoy en permanente contacto psíquico con su mente. Sé que te hizo creer que le habías acertado con tu arma; pero sólo lo liberaste al romper la hebilla que él mismo hubiese roto de haber querido. Kanirh aprovechó la confusión en la que te había dejado sumido Tanja para poder reducirte con tanta facilidad, sin que pudiese hacer nada para defenderte. Yo me encuentro aquí por propia voluntad para cumplir con la misión que me fuera encomendada por el Maestro; porque si no, dime, de qué otro modo hubiésemos podido desbaratar los planes de un loco maníaco como ese Kanirh.

—Lussa, amor mío, ¿por qué hablas así, qué te ha hecho esa miserable mascota humana, llamada Laura? Ya veo, ¡ha logrado dominar tu poderosa mente!

—Dijo Javel con preocupación por lo que podría haberle ocurrido a su amada.

—Cállate Javel —cambió el acento de Lussa hacia el del espíritu humano que también moraba en su cuerpo—, cállate y deja que Laura, nuestra Amiga, hable.

—¿Nuestra amiga...? —Protestó Javel.

***

Se tiraban sonoros pedos. Metían e intentaban meterse los puños en la boca de sus compañeros.

Contemplaba esos juegos como propios de animales que habían sido desposeídos de su consciencia e inteligencia. La que había sido mi más querida compañera, mi novia, me desvistió e intentó poseerme allí mismo, en medio de una multitud de pesadilla; pero yo se lo impedí. Con sonidos guturales, ella protestó y parecía querer decirme algo; pero sólo gruñidos salían de su garganta. Lloré, mientras me acurrucaba en una esquina intentando impedir que aquella cosa pudiera copular conmigo. Sus ojos, idos, se acercaban a mi rostro y volvían a alejarse, mientras intentaba abrir mi boca e introducir su puño en ella.

Chillé —¡Dios mío ¿qué está sucediendo aquí? Despiértame de esta pesadilla! —supliqué.

Eructos y sonoros escapes de metano por doquier. Me recogí más si cabe en el rincón y cerré los ojos como esperando despertar de aquel extraño sueño. Todos nos encontrábamos allí desnudos esperando que alguna bendita Entidad acabara con nuestro miserable sufrimiento.

Sin que casi pudiese darme cuenta, algunas personas me agarraron por los hombros y me izaron. Quise seguir con los ojos cerrados. Los ruidos corporales se alejaban de mí y enseguida comprendí que estaba siendo trasladado hacia otro lugar.

—Por lo más sagrado, ¿qué queréis? —Increpé.

—A su debido tiempo lo sabrás —alguien me contestó. Alguien que a mi vista parecía educado y normal.

Me sentaron en algún tipo de silla, me revolví y fui golpeado con una estaca.

Otro me hirió con un látigo eléctrico. Forcejee una y otra vez hasta que el dolor pudo con mi voluntad cuando alguien sujetó mi labio inferior y lo atravesó con un tenedor roñoso y mugriento. Durante unos instantes perdí la consciencia y me pareció que algunos de mis captores intentaron sodomizarme; pero, en honor a la verdad, no puedo decir si llegaron a conseguir semejante afrenta. Sólo ahora era capaz de entender lo que les había sucedido a mis amigos. Allí permanecía agazapado sobre una silla de mimbre, con los ojos en blanco, creyendo ver la imagen del diablo que venía a por mi persona. Estaba muerto, me sentía muerto; pero entonces sucedió algo inexplicable. Recordé cuando era chico y desconectaba mi mente para hacer frente al peligro de los enemigos mayores que yo. Sí, recordaba algunas cosas, aunque fuese incapaz de saber mi nombre.

***



—Kardhajor —vociferó el Emperador de Dragya por el comunicador interdimensional—, ataque inmediatamente a ese planeta y no deje bicho viviente alguno.

—¿Pero Señor, yo...? —Titubeó el guerrero dragyano.

—¿Algo que objetar, comandante?

—Su excelencia, por favor —contestó Kardhajor—, ya sabéis vos que sólo me mueven la lealtad hacia su excelencia y hacia el pueblo dragyano.

—Así me gusta —respondió el Gobernante de Dragya—, no debemos dejar a ningún humano con vida, sus antepasados acabaron con nuestros hermanos en la Tierra.

—Así es excelencia —expone Kardahor—, pero podremos caer bajo la ira de Ilidia, todo el mundo sabe que son un pueblo invulnerable. Quien lo ha intentado en el pasado ha sido masacrado hasta la extinción. Sus ejércitos de robots y ciborg, construidos en Shagran por los habitantes de Borlastria les han mantenido inmunes a los más terroríficos ataques de otras civilizaciones guerreras.

Detrás de la virtual y falsa imagen del emperador de Dragya, podía verse la imagen satisfecha de un Kanirh que pronto vería cumplido su propósito de venganza contra la especie humana.

—¿Ponéis en cuestión mis órdenes comandante? —Vociferó Kanirh, suplantando la personalidad del Emperador—, es cierto que los ilidianos son un misterio en el universo, tanto para nosotros como para cualquier otro habitante de este cuadrante de la galaxia; pero todo gran estratega sabe que no se debe de desmerecer aquello que no se conoce bien. ¿Qué relación existe entre el planeta de los debiluchos pollos handromitas y los ilidianos? ¿Cuál es la relación que hay entre los borlastritas, constructores tecnológicos de los robot de compañía, con los handromitas, así como la extraña naturaleza mentaloide de esos extraños seres similares a pollos de Andrómeda? Eso es algo, Kardhajor, de lo que no debéis de preocuparos. La inteligencia militar está a punto de descubrir su debilidad. Haced lo que os he mandado, de inmediato. Del resto me ocuparé yo mismo. ¿Estamos?

—Vos mandáis excelencia. Las tropas están preparadas para la acción; pero ¿qué hacemos con los dragyanos infiltrados en la Tierra desde hace tanto tiempo?

—Destruirlos a todos, el Dios de Dragya sabrá compensar, en la otra vida, a todos los mártires de nuestro pueblo.

***

Recordé que en situaciones extremas la inteligencia, que podía ser afectada por el miedo, el terror y el pánico, podía ser dejada de lado para ocupar su lugar un ser primigenio y visceral. La consciencia se fue esfumando hasta desaparecer por completo, sumiéndome en un estado de trance y fue entonces cuando ocurrió.

Mis secuestradores me habían dado por acabado y se disponían a perforarme la cabeza, como hicieran con mis amigos. Mi sien izquierda había sido afeitada y preparada para ser trepanada con un extraño objeto parecido a un taladro eléctrico transparente. Una especie de broca fina y flexible se fue acercando hasta mi rostro.

Escuché un sonoro grito. Era mi propio grito. Yo me sabía muerto. Nada tenía que perder y mucho que ganar. Sabía lo que habían realizado con los otros y por ello supe que acabarían haciendo lo mismo conmigo. No había otra solución que morir luchando.

Los espectadores que allí había se quedaron estupefactos, cuando comprobaron que la criatura que allí tenían, sin maniatar, pero con la voluntad quebrada, pegó un salto inhumano como catapultado por una descarga eléctrica. La electricidad que su organismo había podido desarrollar en un momento de conflicto final. Su cuerpo cambió de sitio y se situó junto al de uno de sus captores, quien poseía en sus manos una barra hueca de acero pulido. No tuvo tiempo de reaccionar y cuando le había quitado su arma ya era tarde. Ahora la muerte se cernía en aquel matadero para con los matarifes.

Comencé a golpear a diestro y siniestro, con terrible precisión y los cadáveres comenzaron a estamparse sobre el pavimento. No dejaban de entrar habitantes del pueblo, ataviados con sus mugrientos mandiles de carnicero; pero sus reacciones eran demasiado lentas frente al rápido movimiento eléctrico que involuntariamente me había poseído.

Era la hora de la venganza. La sangre corría como un río por la estancia. Mucha sabia que podía ser mía; aun así, la fuerza no escapaba de mi lacerado cuerpo; pero la mayor parte era de un color magenta y sabía que pertenecía a las alimañas que me habían capturado. Ellos jamás habrían esperado que un ser débil como yo reaccionara con tal violencia. Cuando acabé con mi tarea caí exhausto sobre la silla de mimbre y me aferré a ella para no caer inerte sobre el encharcado suelo. ¿Habría acabado con aquella sombra del diablo?

Allí, frente a la puerta aún abierta de par en par y por donde entraba la claridad de una mañana ya entrada, podía contemplarse la sombra de una figura emplumada, con alas y patas de cabra. Parecía una figura diminuta; pero ahora no tenía miedo. Ahora sí, me encontraba preparado para enfrentarme a ella.

Aquello que sólo había sido una sombra, se fue transformando en una figura tangible en la forma de un encapuchado con hábito marrón que fue tomando cuerpo según penetraba en la estancia. La luz penetraba con él y cegaba mis ojos, llegando a no poder ver más que al encorvado encapuchado y a su poderosa aura.

Los cadáveres humanos parecieron desaparecer para ser sustituidos por unos extraños seres de forma humanoide; pero con apariencia de reptiles surgidos de alguna inquietante experiencia onírica.

—Todo ha acabado, hijo mío —dijo con unas leves y casi inaudibles palabras, mientras un sentimiento de infinito amor llenaba todos los poros de mi ser.

***

La tenue luz que entra por el vitral se refracta en múltiples colores gracias a los metacristales de color que lo conforman.

Hace tiempo que se ocultó, tras el horizonte, Joor, la gigante estrella ilidiana; pero la luz reflejada de los dos enormes satélites, transforman lo que habría podido ser una noche cerrada en un interminable y bello atardecer.

“Es lógico” —piensa el Pretor de Ilidia, mientras termina de contemplar el magnífico espectáculo— “Los satélites de Ilidia son otros dos planetas, que extrañamente, orbitan el hábitat de los ilidianos en lugar de a su sol como es lo propio en otros sistemas estelares. Citár, incluso, es un gaseoso gigante rodeado de un multicolor anillo de rocas y hielo; por el contrario, Garrét, no deja de ser una miserable roca atrapada por la poderosa gravedad de Ilidia”.

—Esto no deja de ser más que una inaudita degeneración del noble pensamiento ilidiano, imbuido, en nuestra historia, desde tiempo inmemorial por nuestros Hermanos Mayores —Se dirige hacia la asamblea, tras salir de su breve reflexión. Una asamblea reunida en una amplia sala abovedada y construida en honor de alguien desconocido; pero de trascendental importancia para el futuro de la especie ilidiana—, ¿quién de vosotros, hermanos, ha pedido un Rey, alguno de vosotros lo ha hecho? ¡Decídmelo, porque yo no!

El silencio más sublime es la única contestación que recibe el reverenciado Pretor a la cuestión planteada.

—Siempre hemos sido republicanos —continúa su disertación—, y así deberíamos de continuar, ya que la monarquía que representa el auto elegido monarca, Javel, es la más grave representación de la injusticia y de la sinrazón; donde sólo unos pocos nobles tendrán los privilegios concedidos por la monarquía.

El resto, no serán más que simples peones necesarios para crear la riqueza necesaria para la ostentación y el boato de la Corte.

Por cada asistente ilidiano, había otro androide mecánico que no era más que su sirviente, y guardián protector. En Ilidia eran conocidos como robots de compañía. De hecho, todo habitante nacía con un cuidador a su lado. Siempre habían estado allí y nadie se preguntaba por qué era eso así. Jamás ninguna potencia se había atrevido a enfrentarse a las enigmáticas fuerzas que protegían a los ilidianos. Era como si dependiesen de algo mayor, más sublime. Algo de lo que los ilidianos no fueran más que una parte lárvica e infantil; pero de trascendental importancia.

—Tenemos, hermanos ilidianos —continuó el Pretor Maniel—, la máxima de la no violencia y nuestro autoproclamado Rey, ¿quién se lo iba a impedir si en Ilidia todos somos libres y con poder para auto proclamarnos lo que sea? Ha incumplido todas y cada unas de las ordenanzas establecidas por la razón y el respeto al otro.

Sabemos que la Tierra y sus moradores, un planeta desconocido por la mayoría de los aquí presentes, son mamíferos que en su día fueron manipulados genéticamente por nuestros vecinos borlastritas; pero no dejan de ser seres inteligentes que están pasando por un estadio de evolución primitivo. Ellos tienen derecho a definir su propia evolución. Más que entristecido por la actitud de nuestro monarca, me siento avergonzado. No sé vosotros, hermanos; pero yo no sería capaz de mirar al maestro mayor Linier, ni a cualquiera de los otros Mayores Ocultos a la cara —Ahora, sí , se escuchó un sonoro murmullo, como si de algún modo todos los asistentes estuvieran de acuerdo con las palabras pronunciadas por el Pretor.

***

El anciano retiró la capucha de su faz, dejando ver un rostro pálido y rosa cargado de bellas arrugas, propias de una avanzada edad. Ello no era óbice para que el luminoso rostro del anciano maestro reflejara, a través de su mirada, la fuerza del Universo.

—Pobre, sin nombre, sé cuánto habéis sufrido tú y los tuyos. De hecho siento que tu sufrir no ha cedido. ¡Cuántas pérdidas! ¿No es cierto? El joven hizo un breve intento por mascullar algún tipo de palabra; pero se encontraba como sumido en algún tipo de trance hipnótico. Sus ojos venían y se ocultaban tras los párpados en el blanco inmaculado de sus ojos y sus temblorosas pestañas. Sus heridas no habían parado de sangrar y su labio inferior traspasado estaba como sedado por el dolor producido al ser dañado.

A su alrededor, seguían los cadáveres de aquellas extrañas criaturas, semejantes a lagartos de sangre fría y sacadas de algún tipo de bestiario medieval.

Parecían humanos; pero sólo de lejos. De cerca venían a ser como saurios erectos sobres sus dos patas posteriores. Había luchado con denuedo y los había vencido como si de humanos se hubiese tratado. ¿Cómo habría luchado de saber que eran seres demoníacos surgidos del averno?; pero de su mente no se podía borrar su reciente memoria. Todos sus amigos se encontraban peor que muertos.

El anciano permaneció impasible a la espera de algún tipo de reacción por parte de aquella criatura humana, vencida por su propia vida. El sin nombre dejó caer la brillante arma que había utilizado para masacrar a aquellas criaturas y tomó de las manos de una de ellas un rifle . Llevó la boca del arma hacia la suya propia y se dispuso a apretar el gatillo, ante la atenta mirada de su visitante.

—No lo hagas, sin nombre, así no ganaremos nada, ni tú, ni yo ni la propia galaxia. Dime una cosa amigo —El joven puso cara de disgusto cuando escuchó esa palabra de labios de aquel anciano desconocido—, ¿qué se habría ganado con tu muerte, no sería más propio que siguieses luchado por tu planeta y por tus hermanos, contra esas verdes criaturas?

El joven reaccionó, posiblemente, tal y como esperaba aquel extraño encapuchado de hábito marrón.

Las manos del anciano pasaron sobre las heridas del joven sanando de forma milagrosa.

—Dios, no sé quién soy —dijo el joven, como preguntado a su desconocido acompañante.

Sin nombre dejó caer el rifle sobre el ensangrentado pavimento.

—Es mejor que sea así, Sin Nombre, nadie podrá hacer daño a tus padres, familia y hermanos. Porque tú mismo no sabes quién eres, ni de dónde vienes.

—¿Quién eres, anciano, y por qué me hablas con esas palabras?

—Eso sí puedo decírtelo. De hecho, no tengo por qué ocultar mi identidad a un hombre como tú —La cara del joven permanecía perpleja, ante el poder que desprendían las palabras de aquel anciano del que ahora sí, conocería su nombre—, algunos, en tu planeta, me conocieron como Lucifer, otros, en la galaxia de otros modos; Pero a ti te daré mi nombre principal que es Linier. Soy uno de los Maestros guardianes de las larvas de mi especie y vengo del planeta Shagran en donde convivimos, en simbiosis, con la especie que os dio la vida a vosotros los humanos.

Hace mucho tiempo, una nave de reconocimiento de Borlastria se perdió en vuestro sistema solar y llegó hasta vuestro hermoso planeta habitado por gigantescos saurios. Había una raza inteligente que estaba a punto de conseguir el remonte de la tecnología. Ellos fueron los rayptros, descendientes de vuestros velocirraptores.

Cuando la nave de Borlastria se estrelló en vuestro planeta casi fueron exterminados por los rayptros y tuvieron que defenderse con sus poderosas armas. Los científicos de la nave mutaron a algunos de vuestros antropoides, concretamente a una especie de lémures, con el fin de que sobreviviese su herencia genética, y vosotros sois la consecuencia de aquello.

—Y ¿qué tienen que ver estos seres con la historia que me estás contando? —Dijo el joven, mientras se recuperaba, con extrema curiosidad.

En realidad, joven Sin Nombre, Los dragyanos se habían repartido por la galaxia por medio de esporas y los exterminados rayptros son de su misma especie.

Ellos consideran que fueron eliminados por vosotros que sois los descendientes de los borlastritas, cosa que ellos no saben, y os tienen un odio visceral y arcano. Hasta ahora habían realizado otras cosas para destruiros; pero el rencor de Kanirh, uno de los dragyanos, ha colmado el vaso de la ignominia.

—En cierto modo es posible que tengan razón al odiarnos —dijo el joven con total naturalidad, mientras aún se dolía de las heridas.

El maestro Linier sonrió.

—Eso es lo paradójico muchacho. Ni vosotros ni los borlastritas tuvisteis que ver con su desaparición. Vosotros sólo os defendisteis; pero la exterminación vino del espacio exterior cuando un cometa chocó con vuestro planeta. Los mamíferos sobrevivisteis gracias a vuestro calor corporal. Los rayptros, no estaban capacitados biológicamente para sobrevivir. Como puedes ver, aunque la venganza fuese una razón, que no lo es, no hay por dónde coger ese rencor que sienten los dragyanos hacia vuestra especie. Ahora que sabes por qué te has encontrado metido en esta situación puedo decirte que Sin Nombre, tú, serás mi más aguerrido capitán para luchar contra las tropas invasoras que os acechan.

La faz de Sin Nombre fue mejorando y tomó un color más rosado, como si su sangre se hubiese repuesto de algún modo. Ahora empezaba a ser consciente de lo ocurrido y el hedor de la estancia empezó a serle insoportable.

Linier pudo darse cuenta del sentimiento de repugnancia que invadía todo el ser de su recién adquirido discípulo y lo ayudó a que se levantara, acompañándole hacia la salida. La huida de aquella pesadilla, de aquella carnicería.

Te voy a contar otra pequeña historia, Sin Nombre —El joven siguió con su atención mientras acompañaba al anciano que apoyado sobre su bastón le servía de sostén al propio Sin Nombre—, vosotros creéis que sois dueños de vuestro planeta; pero ello no es así, ya que la mayor parte de las personas que manipulan vuestros destinos ni siquiera es humana. —Sin Nombre cambió su expresión hacia la extrañeza— ¿Te acuerdas del rostro de los alienígenas a los que venciste? —El joven asintió—, esa es su auténtica apariencia y os vienen utilizando desde tiempo inmemorial; unas veces como pura energía psíquica utilizable y en otras, la mayoría, como alimento propiamente dicho. Ellos han sido algunos de vuestros más importantes dirigentes religiosos.

***

—Tenemos orden del Gran Maestro Linier —dijo el Pretor—, de que protejamos con nuestras vidas, lo que ahora mismo os voy a mostrar.

El ilidiano se retiró de su pedestal y bajó una escalinata dirigiéndose a una especie de altar, bellamente labrado con motivos de animales y plantas del lugar. En realidad se trataba de un sarcófago cubierto por una bella alfombra tejida con hilos metálicos de oro y plata. De un solo golpe, retiró el tejido dejando ver una tapa de metacristal transparente.

Se volvió a escuchar un murmullo. Todos hablaban entre sí aumentando los decibelios de sonido en la estancia.

—¿Qué extraña criatura es esta, Pretor? —Pudo escucharse la pregunta entre el anonimato de la multitud.

—Esta criatura, hermanos republicanos de Ilidia, es conocida como humana. Su nombre fue Laura y se trata de una hembra vacía de su espíritu. Fue retirada su alma y trasvasada al cuerpo de Lussa, la esposa de Javel. Su espíritu no permanece en este cuerpo. Es evidente incluso sin que el Hermano Mayor Linier, quien nos lo ha traído, nos hubiese dicho nada.

La humana estaba aparentemente muerta y su piel blanca como la leche, permanecía arrugada como si hubiese sido desnudada de cualquier fluido vital.

—No está muerta —continuó el Pretor—, su espíritu, en poder de Lussa, está realizando un trabajo por la Diosa femenina y que sólo nuestros maestros mayores conocen. Un loable trabajo que pronto nos será desvelado. Estas criaturas os están sirviendo, en el momento presente, a algunos de vosotros como mascotas decorativas; pero todavía son muy extrañas y poco conocidas.

—Nuestro amadísimo rey Javel —dijo con tono irónico—, pretende traer miles de especimenes hasta Ilidia para convertirlos en nuestros juguetes preferidos; pero eso no es lo malo, siempre hemos tenido mascotas inteligentes a las que hemos cuidado con amor. Javel y sus secuaces nobles pretenden exterminar la vida del planeta Tierra para aumentar el valor de estas criaturas —volvió a escucharse un murmullo de desaprobación.

—Cuando los planes del maestro Linier y el resto de los Hermanos Mayores se cumpla, estas pequeñas criaturas serán libres de decidir su futuro en nuestra compañía o sin ella, pues su evolución les llevará hasta un estadio similar al que ocupamos nosotros ahora. Si seguimos actuando de forma irracional nos convertiremos en lo que ahora son ellos o peor aún, en lo que son los dragyanos y Kanirh en particular. Así se llama el cómplice dragyano de Javel.

***

—Te mostraré, Sin Nombre, el modo en que podréis vencerlos. Conocerás a otros despiertos que pueden ver la realidad como tú ahora la puedes contemplar.

—¡No, no puedo! —Dijo Sin Nombre, volviendo su mirada hacia atrás.

—Ya sé, hijo mío, tus hermanos quedan allí atrás, lobotomizados y desprotegidos, sin ningún asomo de inteligencia, preparados para ser consumidos en algún macabro banquete. Puedo leer tus más íntimos pensamientos. No te preocupes, Amigo mío, ellos ya no se encuentran atrapados por esos miserables lagartos. Mi gente se ocupará de ellos y con toda probabilidad, podrán restaurar sus conexiones neurales dañadas.

Sin Nombre sonrió. Algo había en su interior que le hacía creer en las palabras de aquel noble anciano y que tanto carisma desprendía. Si en aquel instante, le hubiera dicho que matase a alguien o que se tirara por un precipicio, lo habría realizado sin rechistar.

El anciano sonrió intuyendo los pensamientos de su discípulo.

***

—Zanja, Zanja —alguien gritó—, hemos recibido el mensaje de nuestro Hermano Tanja.

Shagran era un planeta bellamente iluminado por un astro amarillo. El color esmeralda del planeta era debido a la densa vegetación que había prosperado gracias a las actitudes ecológicas de las dos especies inteligentes que simbióticamente allí habitaban.

—Sí, Janir —contestó alguno de su misma especie—, todos hemos recibido el mensaje telepático. Se está produciendo, en este instante, una terrible matanza en uno de los planetas protegidos de Borlastria. Al parecer, quien ha provocado esa anomalía ha sido el autoproclamado monarca de Ilidia; pero quien ha tomado el control de la situación pertenece al pueblo de Dragya.

Las sombras de la estancia se van amainando a favor de la luminosidad que penetra por los ventanales de metacrilato, dejando ver a dos extraños seressemejantes a cuervos blancos, del tamaño de un búho real y con unos cuernecillos semejantes a los de un cabritillo.

—Hermano, los guerreros de Borlastria han sido informados y se encuentran preparados para la intervención. Los cyborg y robots de combate están ya en las naves de guerra y en breve serán dirigidos hacia el Sistema Tierra-Sol y así evitar que Dragya y Javel aumenten sus pecados sobre el Universo conocido.

—Hermano Janir, pareciera que no estés atento. Javel se encuentra prisionero junto a su esposa y dos humanos. Tanja nos lo ha comunicado.

—Entonces, Zanja, los humanos les servirán a esos lagartos de aperitivo.

Poderosas naves de guerra estaban pertrechadas y preparadas en los espaciopuertos de Shagran, para ser transportadas hasta las inmediaciones de la Tierra. Podía contemplarse el complicado y majestuoso paisaje del portal hiperespacial y que en breve sería utilizado para trasladar a la más poderosa flota de guerra del Universo conocido en solo una pequeña fracción de tiempo.

Fueron penetrando, en el portal, todas y cada una de las naves tripuladas por los aguerridos borlastritas cuya apariencia, a pesar de su enorme estatura, era completamente humana.

En un aparatoso coctel de luz humo y sonido, los destructores fueron desapareciendo del espaciopuerto.

La escafandra de los poderosos guerreros de Borlastria semejaban, más que trajes espaciales indumentarias dignas de los tiempos antiguos. El gris plata hermanaba en perfecta conjunción con el colorido más aparatoso; pero lo que más llamaba la atención era la majestuosidad de las facciones de aquellos seres más que humanos. Dioses altos de más de tres metros de estatura, tanto como los ilidianos, delgados y ligeros como las palmeras rojas de Shagran. Su piel tostada desprendía un áureo brillo que sólo los de su especie y sus hermanastros handromitas podían contemplar. Ojos que eran capaces de desintegrar con la mirada. Rayos de luz preparados para acabar con cualquier tipo de batalla.

Borlastritas que estarían más que emocionados de abrazar a su olvidada progenie en la Tierra.

***

—Sólo de este modo, Sin Nombre, podréis derrotar a las tropas invasoras.

Sólo quien ha conocido la muerte, puede enfrentarse, sin amilanarse, a los dragyanos. Nadie huirá, Sin Nombre; porque vuestra sangre será derramada hasta la última gota si fuera necesario. Todos buscaréis la muerte sin encontrarla; porque yo he encarcelado a la parca para vosotros. La muerte —El anciano continuó su arenga mientras el navío se mecía sobre las aguas del pacífico—, tiene su nombre y se encuentra bajo el casco que nos cobija.

Aletas de orcas y grandes tiburones blancos podían contemplarse, nadando bajo las aguas y siguiendo al barco de guerra como si de algún tipo de infantería se tratara.

Como si de un sueño fuese, Sin Nombre, tuvo una especie de visión, una ilusión, cuando mirando hacia atrás pudo contemplar una figura ya conocida. La sombra de Linier parecía la de un pájaro alado y coronado por un par de cuernecillos de cabra. Recordó la ilusión que tuvo cuando Linier le salvó la vida en el matadero de los lagartos y volvió a mirar al anciano encontrándole como lo había conocido, anciano y con su hábito marrón. Volvió a dirigir su vista hacia la sombra encontrándola absolutamente normal.

***

—Comandante Kardhajor —llamó al dragyano uno de sus subordinados.

—¿Qué hay de nuevo Bentiel?

—Señor, el Emperador nos ordena la retirada inmediata de las tropas y que regresemos a Dragya. Si no lo hacemos, Señor, todos pasaremos por un consejo de guerra.

Entonces, Kardhajor se dio cuenta de que había sido engañado.

—¡Maldito Kanirh! ¿Dónde se encuentra?

—Gran Comandante, en la nave de carga rumbo a Ilidia con los humanos capturados en el estúpido programa de Lussa.

Una pantalla holográfica tomó forma en medio de la sala para dar forma al cuerpo del Gran Emperador de Dragya. Tanto Kardhajor como Bentiel inclinaron sus rodillas esperando alguna orden de su Señor.

—Incorporaos, súbditos míos. Kardhajor ¿Qué sucede en la Tierra? Habéis comenzado un ataque que yo jamás he ordenado. Habéis caído en uno de los engaños más estúpidos que puede existir.

—Señor, vos, yo, yo Kanirh...—tartamudeó Kardhajor, mientras el joven Bentiel no se atrevía a levantar su mirada para observar el rostro de su poderoso monarca, el Señor de Dragya.

—Sé lo que ha pasado Kardhajor, el Maestro Desconocido Linier me ha puesto al corriente personalmente. Habéis sido miserablemente engañados. Yo no he dado orden alguna para que procedáis al ataque. Ahora es cuando peligra nuestra posición centenaria de infiltración en la Tierra. Llevamos años en ese planeta intentando, secretamente, tomar el poder para así vengarnos de esos miserables mamíferos y plas, en un instante llevados por una miserable emoción de rencor, lo hemos tirado todo al espacio exterior.

—Exijo el repliegue inmediato ¿entendido?

—Sí señor —contestó con humildad el Comandante dragyano. Cuando terminemos me podré a vuestra disposición para ser ejecutado.

—Bien Kardhajor, eso ya se verá. Me muestras gran fidelidad con tus palabras. Te prometo que recibirás un juicio justo. Toma lo que te quede de la flota y no regreses a Dragya como te dije sino persigue a Kanirh, captúrale y tráelo ante mi presencia. Otra cosa, no quiero ningún conflicto con Ilidia, nos han pedido ayuda para derrocar a su Monarca e instaurar la antigua república.

***

La punta de lanza de la flota de Dragya, antes de recibir la orden de retirada, ya había comenzado el ataque contra la Tierra; pero de improviso fueron interceptadas por las luminosas naves de Borlastria que parecían surgir de la nada.

Algunas de ellas fueron rechazadas y se replegaron ante la orden del comandante Kardhajor; pero las que menos suerte tuvieron fueron derribadas cayendo sobre las bravas aguas del océano ante la vista de las tropas mandadas por Sin Nombre.

El cielo se iluminaba cuando algunas naves dragyanas entraban en la atmósfera con un ángulo equivocado, debido al fragor de la batalla. Otras naves tras caer eran abandonadas por su tripulación; pero ello no les sirvió de mucho ya que se encontraron con una poderosa e inesperada resistencia comandada por un hombre sin miedo y escoltada por un ejército de devoradores insaciables.

Sin Nombre y sus tropas lucharon con extrema crueldad, pues podían ver el auténtico rostro de los invasores. Eran gentes despiertas. Luchaban no por su propia vida, sino para preservar su especie en la evolución del universo. Era la vida de la humanidad la que estaba en juego y la crueldad pareció ser la mejor arma puesta en marcha por Linier, en esos momentos.

Tras unas pocas horas, las agitadas aguas del océano fueron tiñéndose con el color magenta de la sangre de los lagartos dragyanos. Rifles, pistolas, lanza misiles y hasta espadas servían para dar con la vida de aquellos seres que no habían sido invitados; sin embargo sí que habían sido invitados otros comensales.

A ras del mar, como si estuviesen esperando en la retaguardia, los tiburones y las ballenas asesinas pudieron darse el más suculento banquete desde que surgió su existencia en el océano.

—No paréis —arengó Linier—, no debe quedar ninguno de estos. Cuando acabéis con ellos iremos a por muchos de vuestros gobernantes, banqueros y políticos. Hasta hoy os han tenido engañados; pero vosotros seréis el arma de vuestra supervivencia porque estáis despiertos y lo que veis es la realidad. Vosotros no podréis ser engañados y no conoceréis la compasión hasta que la matanza haya concluido; pero todo, todo, tropas de Sin Nombre, no ha hecho más que comenzar.

Sin Nombre miró, asustado ante la magnitud de la masacre, al maestro Linier y por un brevísimo instante volvió a contemplar aquella extraña sombra de un Ser pequeño y alado. Por un instante oyó la voz del Maestro en su propia mente. Otro de mis nombres, Sin Nombre, es Tanja el handromita.

Aralba


Anteriormente publicado en la Web de NGC 3660, de Pilar Barba, como el Capítulo V de la Obra Colectiva: El Continuo. Si desea ver la Obra completa: http://www.ngc3660.es/ngc/elcontinuo/index.htm